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Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN SEGUNDA CAPÍTULO 1<br />

2.2.5. La DIRCOTE: las condiciones de trabajo y las mejoras obtenidas con el nuevo gobierno<br />

Desde su formación y por lo menos durante buena parte de la década de los ochenta, la historia de la unidad<br />

de la PIP especializada en lucha contrasubversiva (DICOTE, DIPAS y luego DIRCOTE) estaba superada por<br />

una serie de precariedades y urgencias propias de la falta de una implementación logística y de un equipamiento<br />

adecuados para el cumplimiento de su trabajo. Si bien esto es bastante más palpable en un inicio, la<br />

situación se mantendrá con altibajos. Esto obligó a sus miembros, como veremos más a<strong>del</strong>ante, a agenciarse e<br />

idear diversos mecanismos para autogestionar fondos y donaciones.<br />

Las condiciones de trabajo resultan especialmente precarias durante los primeros años. Reyes recuerda<br />

que, en 1984, cuando llega a la DIRCOTE, solamente tenían cuatro automóviles, «dos que caminaban con las<br />

justas y dos malogrados» y que «el gobierno de Belaunde [Terry] no nos dio ni medio». 216 Por ese año y algunos<br />

más, la DIRCOTE no tenía «[...] más que 1, 2, 3 camionetas viejas; 2, 3 oficinas. [...] Cuando había apagón<br />

[...] a los detenidos los teníamos en unos cuartos con capuchas [no tenían calabozo], 217 con números, con una<br />

relación en la puerta y teníamos que sacarlos uno por uno [...] y llevarlos como trencito por todo el corredor<br />

<strong>del</strong> piso. Así hemos vivido por muchos años en una azotea, en un gallinero que tenía la DIRCOTE». 218<br />

Pero ésta no era una situación exclusiva de la DIRCOTE. <strong>Los</strong> bajos sueldos de los policías y las condiciones<br />

en las cuales estaban llevando a cabo la lucha contra la subversión desencadenaron una huelga policial el<br />

25 de mayo de 1983. La principal exigencia eran mejoras salariales. Al igual que en la huelga de 1975, se negaron<br />

a hablar con el director general de la GC y con el jefe de la II Región, pues los consideraban incapaces de<br />

dar solución a sus demandas El Ministro <strong>del</strong> Interior tuvo que hablar con los policías y prometer una solución<br />

a su demanda. A raíz de la paralización policial, el Gobierno declaró el estado de emergencia en Lima y el<br />

Callao, con la suspensión de las garantías constitucionales. Tanquetas <strong>del</strong> Ejército salieron a patrullar las calles.<br />

En el resto <strong>del</strong> país, el servicio policial se desarrolló de manera normal. El Comando Conjunto aprobó la<br />

homologación de las remuneraciones <strong>del</strong> personal de las Fuerzas Policiales y las Fuerzas Armadas a partir <strong>del</strong><br />

1 de mayo de 1983 para evitar mayores problemas. 219<br />

Por su parte, la DIRCOTE observará recién algunas mejoras e incentivos, logrados con esfuerzo y persuasión,<br />

asignados por el siguiente gobierno. 220 Entre 1985 y 1986, el general Reyes logró que se equiparara, por el<br />

alto riesgo que se corría el trabajo, desempeñado en la DIRCOTE a los servicios policiales prestados en zonas de<br />

emergencia. Con ello consiguió una bonificación para el personal, pues se les empezó a pagar el equivalente al<br />

concepto de rancho que consideraban para el personal de zona de emergencia. 221 Asimismo, la DIRCOTE fue<br />

consideraba como zona de emergencia para el ascenso, «o sea, tenía un puntaje especial». 222 Si bien esto no solucionaba<br />

todos los problemas urgentes de la unidad, los incentivos permitieron aliviar en algo las necesidades <strong>del</strong><br />

personal. Durante la gestión de Reyes se logró obtener también apoyo logístico para infraestructura, telecomunicaciones,<br />

mobiliario y máquinas de escribir (DIRCOTE 2003). Especialmente se percibirá desde la DIRCOTE un<br />

interés y un apoyo de parte de Mantilla —que fue varios años viceministro <strong>del</strong> Interior y luego ministro—, pues<br />

[…] nos ha apoyado. No fue mucho, pero de una u otra forma la gente salía a trabajar. Él venía y les daba comida<br />

pues, les traía para que coman a las 2, 3, 4 de la mañana. Compró colchones. Ya por lo menos no dormíamos sobre<br />

la mesa [...] no teníamos baños, se hicieron baños ¿no? Como él vivía allí, como que entendía y comprendía la<br />

realidad. Además lo que nosotros producíamos realmente les daba dividendos políticos a ellos. 223<br />

Éstos son gestos y gestiones a los que nos referiremos posteriormente.<br />

216 CVR. Entrevista. 10 de diciembre de 2002. Teniente general PNP (r) Reyes.<br />

217 La DIRCOTE no contó con calabozos propios hasta aproximadamente el año 1986, cuando la brigada criminal se mudó de local y<br />

pudieron utilizar los que dejó esta unidad. Hasta ese año, muchas veces tuvieron que recurrir a pedir prestado un calabozo de la división<br />

de robos (CVR. Entrevista. 20 de marzo de 2003. Coronel PIP (r) Palacios).<br />

218 CVR. Entrevista. 4 de noviembre de 2002. Coronel PIP (r) Palacios.<br />

219 Desco. Resumen Semanal, 218, 20-26 de mayo de 1983, p. 7.<br />

220 En general, se percibe un mayor interés <strong>del</strong> nuevo gobierno por la situación de las FFPP. Como veremos luego, esto se basa en el<br />

interés inicial <strong>del</strong> Gobierno por emprender una reorganización de las ellas.<br />

221 CVR. Entrevista. 10 de diciembre de 2002. Teniente general PNP (r) Reyes Roca.<br />

222 Ibídem.<br />

223 CVR. Entrevista. 4 de noviembre de 2002. Coronel PIP (r) Palacios.<br />

TOMO II PÁGINA 120

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