Sección Segunda: Los Actores del Conflito - DHnet
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PRIMERA PARTE SECCIÓN SEGUNDA CAPÍTULO 1<br />
departamental o regional, daba cuenta al jefe político militar de las acciones que realizaban. Por otro lado,<br />
miembros de la GR redoblaron la seguridad de las torres de alta tensión, los pozos de agua y, sobre todo, los<br />
puentes, pues se habían convertido en blancos favoritos <strong>del</strong> PCP- SL. 179<br />
Un corto período mostró resultados favorables para la Fuerzas Policiales. Sin embargo, con el transcurrir<br />
<strong>del</strong> tiempo el PCP-SL empezó a desplegar oleadas de violencia cada vez más intensas no sólo en Ayacucho,<br />
sino también en otras zonas <strong>del</strong> país, como Andahuaylas, Puno, Cañete y Lima. Por ejemplo, el 20 de<br />
mayo de 1983 se interrumpió la energía eléctrica en Huamanga, se produjo un severo ataque a la Novena<br />
Comandancia de la GC y se llevaron a cabo ataques en otras zonas de la ciudad. 180 Hechos como éste llevaron<br />
al CPM a disponer la ejecución de un plan de operaciones para la protección de la población y auxilio<br />
de las Fuerzas Policiales (Noel 1989: 69).<br />
A medida que el conflicto se fue agudizando, la responsabilidad directa de la lucha contra la subversión<br />
se fue transfiriendo paulatinamente a las Fuerzas Armadas. 181 Más tropas fueron enviadas a las zonas de<br />
emergencia y se incrementó el compromiso de la institución militar en la lucha contra la subversión (Mauceri<br />
1988: 48). <strong>Los</strong> militares empezaron a realizar con mayor frecuencia capturas de presuntos subversivos.<br />
Cuando un sospechoso de terrorismo era detenido por miembros de la GC o de la GR, éstos tenían que<br />
conducirlo a la Jefatura Departamental de la PIP para que se encargara de las pesquisas correspondientes.<br />
Como diversos testimonios de la CVR señalan, cuando las detenciones eran realizadas por miembros de las<br />
Fuerzas Armadas, con frecuencia los detenidos eran llevados a cuarteles como Cabitos, donde eran interrogados.<br />
Para ello, el CPM solicitó muchas veces el apoyo de miembros de la PIP de la zona. 182 Éstos también<br />
habrían procedido a interrogar a los presuntos subversivos detenidos en centros de tortura como la Casa<br />
Rosada, 183 ubicada en las afueras de Huamanga.<br />
2.2.2. La formación contrasubversiva y violaciones de los derechos humanos<br />
Durante esta etapa <strong>del</strong> conflicto, se prestó especial énfasis a la formación contrasubversiva de los policías que<br />
iban a ser enviados a la zona de emergencia, porque se había demostrado que los policías de formación básica<br />
no tenían mayores posibilidades de reacción ante los súbitos ataques senderistas. El entrenamiento se concentró<br />
principalmente en los batallones de personal subalterno recientemente egresados de las escuelas.<br />
Hasta antes de 1980, el tiempo de preparación de estos policías oscilaba entre los diez y doce meses. Sin<br />
embargo, durante los años de la guerra interna se formó a miembros subalternos en lapsos menores, a veces<br />
de sólo seis meses, pues existía una gran demanda de personal. Una vez graduados, recibían un curso básico<br />
de instrucción contrasubversiva que duraba alrededor de dos meses. El buen estado físico y la rapidez de<br />
reflejos eran altamente considerados en el grupo. Se brindaba formación ideológica básica. Pero, sin duda, el<br />
aspecto más importante de este tipo de entrenamiento era la exposición de los jóvenes policías a situaciones<br />
límite para endurecerlos y pudieran reprimir su lado más sensible y humano:<br />
Una vez, creo que ya tenía tres semanas en el curso y nos dijeron que cada grupo de dos teníamos que llevar un<br />
perro de dónde sea. Y por ahí por las inmediaciones encontrábamos y nos decían: «Acaricien al perro». Y luego<br />
nos daban un cuchillo que no tiene punta y nos decían: «Mate el perro, sáqueme alguna pieza de su interior con<br />
los dientes». Y eso tenías que llevar al momento <strong>del</strong> almuerzo y ponerlo al costado de la gamela [charola] y comer<br />
viéndolo, para ver si a alguien le regresa la comida […] nos hacían comer perros vivos, nos hacían ir a la morgue<br />
y comer junto a los cadáveres. 184<br />
179 Al destruir un puente, cortaban las vías de acceso y abastecimiento a diferentes zonas <strong>del</strong> departamento de Ayacucho.<br />
180 Como consecuencia de estos hechos, el Gobierno extendió el estado de emergencia en Ayacucho el 22 de abril de 1983.<br />
181 Esto se refleja en la base de datos de la CVR: el período en que se tienen más víctimas (muertos y desaparecidos) con las fuerzas<br />
policiales como grupo responsable es el de 1983-1984; es notable, sin embargo, una mayor incidencia en 1983.<br />
182 Por lo menos hasta inicios de la década <strong>del</strong> noventa en Ayacucho y en otras zonas <strong>del</strong> país, los CPM de las zonas en estado de<br />
emergencia solicitaban a las Jefaturas Departamentales de las Fuerzas Policiales (y luego de la PNP) —a los departamentos contra el<br />
terrorismo— personal para realizar interrogatorios (CVR. Entrevista. 10 de octubre de 2002. General PNP Miyashiro; CVR. Entrevista. 16<br />
de septiembre de 2002. Coronel PNP Jiménez; CVR. Entrevista. 13 de febrero de 2003 y 18 de febrero de 2003. EQ.EC-PNP/CVR).<br />
183 Para mayores detalles, véase el subcapítulo sobre tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes en el tomo VI.<br />
184 CVR. Testimonio 100166.<br />
TOMO II PÁGINA 114