Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
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Críticas a <strong>la</strong> esposa - Una amistad que se ha trocado en<br />
lo contrario - Un error en el diagnóstico médico - El rechazo<br />
por parte <strong>de</strong> alguien que tiene iguales miras - El<br />
préstamo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> otro: no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse al azar que un<br />
número <strong>de</strong> ejemplos <strong>de</strong> olvido, recopi<strong>la</strong>dos sin selección previa,<br />
pidan, para ser resueltos, que se ahon<strong>de</strong> en tan penosos<br />
lemas. Me inclino a conjeturar que cualquier otro que quiera<br />
examinar los motivos <strong>de</strong> sus propios olvidos registraría un<br />
muestrario simi<strong>la</strong>r <strong>de</strong> contrarieda<strong>de</strong>s. La inclinación a ol<strong>vida</strong>r<br />
lo <strong>de</strong>sagradable me parece totalmente universal, aunque<br />
<strong>la</strong> aptitud para ello presente grados diversos en personas<br />
diferentes. Es probable que muchos <strong>de</strong> los «mentís» con<br />
que nos topamos en <strong>la</strong> acti<strong>vida</strong>d médica se reconduzcan a<br />
unos olvidos}^ Ciertamente, nuestra concepción sobre tal<br />
-1 [Nota agregada en 1907:] Cuando a una persona se le pregunta<br />
si diez o quince años atrás tuvo una infección luética, se ol<strong>vida</strong> con<br />
<strong>de</strong>masiada facilidad que, en lo psíquico, el inquirido consi<strong>de</strong>rará <strong>de</strong><br />
manera por entero diversa a esa enfermedad que, por ejemplo, a un<br />
reumatismo agudo. — En <strong>la</strong>s anamnesis que brindan los progenitores<br />
sobre sus hijas aquejadas <strong>de</strong> neurosis grave, es muy difícil separar con<br />
seguridad lo que se <strong>de</strong>be al olvido <strong>de</strong> lo que es producto <strong>de</strong>l ocultamiento,<br />
pues los padres eliminan <strong>de</strong> modo sistemático todo cuanto<br />
pueda estorbar el posterior casamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> muchacha; vale <strong>de</strong>cir, lo<br />
reprimen. — [Agregado en 1910:] Un hombre que hace poco tiempo<br />
ha perdido a su querida esposa a raíz <strong>de</strong> una afección pulmonar me<br />
comunica el siguiente caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>spistamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> averiguación médica,<br />
sólo reconducible a un olvido <strong>de</strong> esa índole: «Cuando, habiendo<br />
pasado ya varias semanas, <strong>la</strong> pleuritis <strong>de</strong> mi pobre mujer no quería<br />
ce<strong>de</strong>r se l<strong>la</strong>mó a consulta al doctor P. Para establecer <strong>la</strong> anamnesis<br />
hizo él <strong>la</strong>s preguntas usuales, entre otras si en <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> mi mujer<br />
había enfermos <strong>de</strong> los pulmones. Mi mujer lo negó, y tampoco yo me<br />
acordé. Una vez que el doctor P. se <strong>de</strong>spidió, <strong>la</strong> conversación recayó,<br />
como por casualidad, sobre <strong>la</strong>s excursiones, y mi mujer dijo: "Sí,<br />
también hasta Langersdorf, don<strong>de</strong> está enterrado mi pobre hermano,<br />
hay un <strong>la</strong>rgo viaje". Ese hermano había muerto unos quince años<br />
antes, a causa <strong>de</strong> una tuberculosis que lo aquejaba <strong>de</strong> tiempo atrás. Mi<br />
mujer lo había querido mucho y a menudo me hab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong> él. Entonces<br />
me vino a <strong>la</strong> mente que, al diagnosticarse <strong>la</strong> pleuritis, mi mujer, muy<br />
cuitada, había dicho con ta<strong>la</strong>nte sombrío: "También mi hermano murió<br />
a causa <strong>de</strong> los pulmones". Tan reprimido estaba ahora ese recuerdo<br />
que, aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> expresar lo que he consignado acerca <strong>de</strong>l viaje<br />
hasta L, el<strong>la</strong> no halló ocasionamiento alguno para rectificar su informe<br />
sobre <strong>la</strong>s enfermeda<strong>de</strong>s habidas en su familia. Y en cuanto a mí, lo<br />
ol<strong>vida</strong>do se me ocurrió en el momento mismo en que habló <strong>de</strong> Langersdorf».<br />
— [Agregado en 1912:] Una vivencia en un todo semejante<br />
refiere Jones en el trabajo que ya hemos citado varias veces [1911é,<br />
pág. 484]. Un médico cuya esposa pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> una afección a <strong>la</strong>s piernas<br />
<strong>de</strong> incierto diagnóstico le apuntó, a modo <strong>de</strong> consuelo: «Es bueno,<br />
siquiera, que en tu familia no se haya producido ningún caso <strong>de</strong><br />
tuberculosis». Y <strong>la</strong> mujer respondió, sorprendidísima: «¿Has ol<strong>vida</strong>do<br />
que mi madre murió <strong>de</strong> tuberculosis, y que mi hermana no se restableció<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> suya sino <strong>de</strong>spués que los médicos <strong>la</strong> <strong>de</strong>sahuciaran?».<br />
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