Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
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torio y don<strong>de</strong> esta o aquel<strong>la</strong> señora estuvieron tanto tiempo<br />
bajo tratamiento?». — «Des<strong>de</strong> luego que tienes que haber<br />
ol<strong>vida</strong>do ese nombre. Es Nervi». Y con nervios, en verdad,<br />
tengo harto que hacer.<br />
2. Otro hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> un lugar <strong>de</strong> veraneo próximo y afirma<br />
que ahí, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos posadas consabidas, hay una tercera,<br />
a <strong>la</strong> cual se anuda para él cierto recuerdo; dice que<br />
enseguida me <strong>la</strong> nombrará. Yo le pongo en entredicho <strong>la</strong><br />
existencia <strong>de</strong> esa tercera posada, y aduzco que por siete<br />
veranos he residido en ese lugar; por tanto, lo conozco<br />
mejor que él. Y hete aquí que estimu<strong>la</strong>do por <strong>la</strong> contradicción<br />
él se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l nombre. La hostería se l<strong>la</strong>ma Hochwartner.<br />
Y entonces yo <strong>de</strong>bo ce<strong>de</strong>r, me veo obligado a confesar<br />
que durante siete veranos he residido en <strong>la</strong> vecindad<br />
<strong>de</strong> esa posada por mí <strong>de</strong>smentida. ¿Por qué habré ol<strong>vida</strong>do<br />
en este caso el nombre y <strong>la</strong> cosa? Creo que fue porque<br />
el nombre suena <strong>de</strong>masiado al <strong>de</strong> un colega vienes; toca en<br />
mí, como en el caso anterior, el «complejo profesional».<br />
3. Otra vez, estando yo por comprar un boleto en <strong>la</strong><br />
estación ferroviaria <strong>de</strong> Reichenhall, no quiere acudirme el<br />
nombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> estación gran<strong>de</strong> siguiente, por <strong>la</strong> que he pasado<br />
muy a menudo y me es harto familiar. No tengo más alternativa<br />
que buscar<strong>la</strong> en <strong>la</strong> carta <strong>de</strong> trayectos ferroviarios. Se<br />
l<strong>la</strong>ma Rosenheim. Y al punto sé en virtud <strong>de</strong> qué asociación<br />
se me ha traspape<strong>la</strong>do. Una hora antes yo había visitado<br />
a mi hermana en su casa, situada en <strong>la</strong>s inmediaciones <strong>de</strong><br />
Reichenhall; mi hermana se l<strong>la</strong>ma Rosa, o sea, también una<br />
Rosenheim {casa, u hogar, <strong>de</strong> Rosa}. Ha sido el «complejo<br />
<strong>de</strong> familia» el que me quitó ese nombre.<br />
4. Puedo perseguir en muchos ejemplos el efecto literalmente<br />
bandi<strong>de</strong>sco {rauberisch} <strong>de</strong>l «complejo <strong>de</strong> familia».<br />
Un día acu<strong>de</strong> a mi consultorio un joven, hermano menor<br />
<strong>de</strong> una paciente;^* innumerables veces lo he visto, y estoy<br />
habituado a l<strong>la</strong>marlo por su nombre <strong>de</strong> pi<strong>la</strong>. Cuando luego<br />
quise contar sobre su visita, había ol<strong>vida</strong>do su nombre, que,<br />
según yo sabía, no era nada raro; y por ningún medio pu<strong>de</strong><br />
volver a evocarlo. Salí <strong>de</strong>spués a <strong>la</strong> calle y al leer los carteles<br />
<strong>de</strong> los comercios reconocí el nombre tan pronto me saltó<br />
a <strong>la</strong> vista. El análisis me enseñó que yo había establecido un<br />
^* [En <strong>1901</strong> y 1904, este ejemplo aparecía en una nota al pie en<br />
el comienzo <strong>de</strong>l capítulo II; cf. supra, pág. 16, n. 2. Se lo tras<strong>la</strong>dó al<br />
presente lugar en 1907, al crearse el capítulo III, ]<br />
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