Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
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le queda más que repetir lo que ellos han dicho <strong>de</strong> antiguo.<br />
El señor Wilhelm Stross me ha seña<strong>la</strong>do el siguiente pasaje<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> famosa nove<strong>la</strong> humorística Tristram Shandy, <strong>de</strong> Lavrence<br />
Sterne (volumen <strong>VI</strong>, capítulo 5):<br />
«... y <strong>de</strong> ningún modo me maravil<strong>la</strong> que Gregorio Nacianceno,<br />
cuando percibió en Juliano los gestos ligeros y<br />
volubles, predijera que llegaría a ser un apóstata. — O que<br />
San Ambrosio echara a su amanuense por causa <strong>de</strong> un movimiento<br />
in<strong>de</strong>cente que este hacía con <strong>la</strong> cabeza, que se le<br />
iba <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do al otro como látigo <strong>de</strong> tril<strong>la</strong>r. — O que Demócrito<br />
notara enseguida que Protagoras era un sabio viendo<br />
que, al liar un haz <strong>de</strong> leña, ponía en el medio <strong>la</strong>s ramitas<br />
más <strong>de</strong>lgadas. — Hay miles <strong>de</strong> inadvertidas aberturas, prosiguió<br />
mi padre, a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuales un ojo agudo pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scubrir <strong>de</strong> un golpe el alma; y yo afirmo, continuó diciendo,<br />
que un hombre razonable no pue<strong>de</strong> quitarse el sombrero<br />
cuando entra en una habitación, ni ponérselo cuando<br />
sale, sin que algo se le escape que lo <strong>de</strong><strong>la</strong>te».<br />
Ofreceré todavía una pequeña colección <strong>de</strong> variadas acciones<br />
sintomáticas en sanos y neuróticos:^'<br />
Un colega <strong>de</strong> edad avanzada a quien no le gusta per<strong>de</strong>r<br />
a <strong>la</strong>s cartas <strong>de</strong>sembolsó cierta ve<strong>la</strong>da una gran suma sin <strong>la</strong>mentarse,<br />
pero con un ta<strong>la</strong>nte curiosamente envarado. Una<br />
vez que hubo partido, <strong>de</strong>scubrió que había <strong>de</strong>jado sobre su<br />
asiento casi todo cuanto llevaba encima: anteojos, tabaquera<br />
y pañuelo. Esto pi<strong>de</strong> <strong>la</strong> evi<strong>de</strong>nte traducción: «¡Eh, uste<strong>de</strong>s,<br />
<strong>la</strong>drones! Me han <strong>de</strong>splumado bonitamente».<br />
Un hombre afectado por una impotencia sexual que le<br />
sobreviene en ocasiones, y cuyas raíces se extien<strong>de</strong>n a <strong>la</strong><br />
intimidad <strong>de</strong> sus re<strong>la</strong>ciones infantiles con <strong>la</strong> madre, informa<br />
tener <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> signar escritos y apuntes con una S,<br />
<strong>la</strong> inicial <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> su madre. No soporta que <strong>la</strong>s cartas<br />
que vienen <strong>de</strong> su casa entren en contacto sobre su escritorio<br />
con otra correspon<strong>de</strong>ncia no santa, y por eso se ve forzado<br />
a guardar separadamente <strong>la</strong>s primeras.<br />
Una dama joven abre con brusquedad <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong>l consultorio<br />
don<strong>de</strong> todavía se encuentra <strong>la</strong> paciente que le antecedió.<br />
Se disculpa aduciendo su «irreflexión»; pronto se ave-<br />
39 [Lo que sigue hasta el final <strong>de</strong>l capítulo apareció en 1907 como<br />
nota al pie (cf. supra, pág. 203, n. 23), a <strong>la</strong> cual se le hicieron agregados<br />
en ediciones posteriores. Fue trasferida a este lugar <strong>de</strong>l texto en<br />
1924. — Salvo indicación en contrario, los ejemplos datan <strong>de</strong> 1907.]<br />
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