Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901
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tiene hartas razones para esquivar el recuerdo <strong>de</strong> todo lo<br />
referido a juventud o edad avanzada. Es l<strong>la</strong>mativo que <strong>la</strong>s<br />
ocurrencias encubridoras <strong>de</strong>l nombre buscado se asociaran<br />
por el solo contenido, sin asociaciones acústicas».<br />
9.^ Motivado <strong>de</strong> otro modo, y muy finamente, estuvo<br />
un ejemplo <strong>de</strong> olvido <strong>de</strong> nombre esc<strong>la</strong>recido por el propio<br />
ol<strong>vida</strong>dizo:<br />
«Dando yo examen <strong>de</strong> filosofía como materia complementaria,<br />
el examinador me inquirió acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong><br />
Epicuro, y me preguntó luego si sabía quién <strong>la</strong> había retomado<br />
en siglos posteriores. Respondí con el nombre <strong>de</strong><br />
Pierre Gassendi, a quien dos días antes había oído nombrar<br />
en el café como discípulo <strong>de</strong> Epicuro. Asombrado el profesor,<br />
me preguntó <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> lo sabía, y yo di <strong>la</strong> atre<strong>vida</strong> respuesta<br />
<strong>de</strong> que hacía tiempo me interesaba por Gassendi. El<br />
resultado fue un diploma magna cum <strong>la</strong>u<strong>de</strong> {con mención<br />
<strong>de</strong> distinguido}, pero, <strong>de</strong>sdichadamente, también una pertinaz<br />
inclinación a ol<strong>vida</strong>r en lo sucesivo el nombre <strong>de</strong> Gassendi.<br />
Creo que mi ma<strong>la</strong> conciencia es culpable <strong>de</strong> que yo<br />
no pueda retener ese nombre a pesar <strong>de</strong> mis empeños. Es<br />
que tampoco entonces habría <strong>de</strong>bido saberlo».<br />
Si uno quiere apreciar rectamente <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> aversión<br />
que nuestro testigo muestra a recordar este episodio <strong>de</strong><br />
examen, <strong>de</strong>be saber cuánto aprecia él su título <strong>de</strong> doctor, y<br />
<strong>de</strong> cuántas otras cosas tiene este que servirle como sustituto.<br />
10.^^ Intercalo aquí otro ejemplo, el olvido <strong>de</strong>l nombre<br />
<strong>de</strong> una ciudad; acaso no sea tan simple como los ya citados<br />
[págs. 29-30], pero no podrá menos que parecerle digno<br />
<strong>de</strong> crédito y valioso a todo el que esté algo familiarizado<br />
con tales indagaciones. El nombre <strong>de</strong> una ciudad italiana se<br />
sustrae <strong>de</strong>l recuerdo a consecuencia <strong>de</strong> su gran semejanza<br />
acústica con un nombre <strong>de</strong> pi<strong>la</strong> femenino al que se anudan<br />
toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> recuerdos plenos <strong>de</strong> afecto, sin duda no explicitados<br />
<strong>de</strong> una manera exhaustiva en <strong>la</strong> comunicación. S. Ferenczi<br />
(Budapest), quien observó en sí mismo este caso <strong>de</strong><br />
olvido, lo ha analizado como a un sueño o una i<strong>de</strong>a neurótica,<br />
y por cierto que acertadamente.<br />
«Hoy estuve en casa <strong>de</strong> una familia amiga; dimos en<br />
hab<strong>la</strong>r sobre ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Italia septentrional. Entonces alguien<br />
seña<strong>la</strong> que todavía se discierne en el<strong>la</strong>s el influjo austríaco.<br />
Se citan algunas <strong>de</strong> esas ciuda<strong>de</strong>s, también yo quiero<br />
34<br />
23 [Este ejemplo data <strong>de</strong> 1907.]<br />
2* [Agregado en 1910.]