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Volumen VI – Psicopatología de la vida cotidiana (1901

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sonas ni he tenido oportunidad <strong>de</strong> analizar <strong>la</strong>s acciones <strong>de</strong><br />

una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s como para <strong>de</strong>scubrir, por <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> sus<br />

olvidos, su motivación. Empero, no puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> conjeturar,<br />

per analogiam, que es una medida insólitamente gran<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> inconfesado menosprecio por el otro el motivo que<br />

aquí explota para sus fines al factor constitucional.*^<br />

En otros casos, los motivos <strong>de</strong>l olvido son <strong>de</strong> más difícil<br />

<strong>de</strong>scubrimiento y, hal<strong>la</strong>dos, producen mayor extrañeza. Así,<br />

hace algunos años noté que entre el gran número <strong>de</strong> mis<br />

visitas a enfermos sólo ol<strong>vida</strong>ba <strong>la</strong>s que <strong>de</strong>bía hacer a algún<br />

paciente gratuito o a un colega. Abochornado por ello, me<br />

había habituado a anotar ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana, como <strong>de</strong>signio,<br />

<strong>la</strong>s visitas <strong>de</strong>l día. No sé si otros médicos han llegado a<br />

adoptar igual práctica por el mismo camino, pero así uno<br />

vislumbra lo que mueve a los l<strong>la</strong>mados «neurasténicos» a<br />

anotar en sus célebres «papelitos» <strong>la</strong>s comunicaciones que<br />

quieren hacer al médico. En apariencia, no confían en <strong>la</strong><br />

capacidad reproductora <strong>de</strong> su memoria. Esto sin duda es<br />

cierto, pero <strong>la</strong>s más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s veces''^ <strong>la</strong> escena se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong><br />

así: El enfermo ha expuesto con extremo <strong>de</strong>talle sus diversos<br />

pesares y <strong>de</strong>mandas; al terminar, hace una pausa, tras<br />

el<strong>la</strong> saca a relucir el papelito y dice, a modo <strong>de</strong> disculpa:<br />

«Me he anotado algo porque no retengo nada». Por lo general,<br />

no hal<strong>la</strong> en el papelito nada nuevo. Repite cada punto,<br />

y él mismo respon<strong>de</strong>: «Sí, ya he preguntado sobre eso». Es<br />

probable que con el papelito sólo nos esté <strong>de</strong>mostrando uno<br />

<strong>de</strong> sus síntomas, a saber, <strong>la</strong> frecuencia con que son perturbados<br />

sus <strong>de</strong>signios por injerencia <strong>de</strong> motivos oscuros.<br />

Toco sin duda una afección que pa<strong>de</strong>cen <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas sanas <strong>de</strong> mi conocimiento si confieso que,<br />

sobre todo en mi juventud, ol<strong>vida</strong>ba con facilidad y por <strong>la</strong>rgo<br />

tiempo <strong>de</strong>volver libros prestados, o que por olvido solía di<strong>la</strong>tar<br />

el pago <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas. Cierta mañana, no hace mucho,<br />

abandoné sin pagar <strong>la</strong> tabaquería don<strong>de</strong> había hecho mi<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> complejos inconcientes y es curable por el psicoanálisis.<br />

Pues bien, cierto día estaba dominado por autorreprocKes <strong>de</strong> haber<br />

cometido un error <strong>de</strong> método en el psicoanálisis <strong>de</strong> un paciente. Y ese<br />

día se le reinsta<strong>la</strong>ron todas <strong>la</strong>s antiguas «distracciones». Tropezó<br />

varias veces por <strong>la</strong> calle (figuración <strong>de</strong> aquel paso en falso en el tratamiento),<br />

olvidó su cartera en casa, qviiso pagar un centavo <strong>de</strong> menos<br />

en el tranvía, no había abotonado como es <strong>de</strong>bido su ropa, etc.<br />

*i [l^ota agregada en 1912:] En este sentido, Ernest Jones [1911¿,<br />

pág. 483] seña<strong>la</strong>: «A menudo <strong>la</strong> resistencia es <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n general. Así,<br />

un hombre ocupado ol<strong>vida</strong> llevar al correo cartas que, causándole<br />

una leve molestia, su mujer le ha confiado, <strong>de</strong>l mismo modo que "ol<strong>vida</strong>"<br />

comprar cosas que eUa le ha pedido».<br />

*2 [«<strong>la</strong>s más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s veces» fue agregado en 1904.]<br />

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