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primeras - JAE - Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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NAVARRO TOMÁS EN PUERTO RICO: CAPÍTULO DE UNA RELACIÓN ARTICULADA EN… 273<br />

aunque el distanciamiento entre realidad social y criterios oficiales educativos, por<br />

las razones que fueran, se neutralizasen, o pasasen inadvertidas, por la relevancia<br />

visible <strong>de</strong>l sector culto a ultranza, complejo también en sí mismo y <strong>de</strong> ninguna manera<br />

uniforme. Ahora bien, que el relieve <strong>de</strong> este sector, como grupo más o menos<br />

<strong>de</strong>stacado según las épocas, pueda ser una <strong>de</strong> las continuida<strong>de</strong>s reconocibles <strong>de</strong> la<br />

historia cultural, no quiere <strong>de</strong>cir que dicha relevancia signifique existencia en solitario<br />

(sociedad monolítica), o antagonismo lingüístico-cultural frente a otros sectores<br />

totalmente ajenos (sociedad bipartita); 12 podría explicarse, tal vez, como la<br />

manifestación <strong>de</strong> «lo prestigiado» en un conjunto <strong>de</strong> formas variables en convivencia<br />

no bien <strong>de</strong>limitadas, esto es, como parte <strong>de</strong> un todo en el cual ningún componente<br />

opera <strong>de</strong> forma aislada o autónoma. La secular incultura masiva, 13 como en<br />

todas partes, había ido generando y extendiendo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la lengua común, una<br />

expresión oral paralela a los usos coloquiales <strong>de</strong> todos los territorios hispánicos,<br />

usos populares especialmente favorecidos en territorios <strong>de</strong> variadas convivencias<br />

lingüístico-culturales; muchos <strong>de</strong> ellos, perpetuados en las hablas rústicas, han<br />

continuado hasta nuestros días. Siglos <strong>de</strong> ajustes, discrepancias e integraciones<br />

mutuas, nunca <strong>de</strong>tenidas, madurarán por fin, en el Caribe insular hispánico, en una<br />

oralidad integradora <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncias y adaptada al medio, <strong>de</strong>sarrollada en el contacto<br />

entre los distintos grupos sociales. Cuando Manuel Álvarez Nazario asegura<br />

que el español <strong>de</strong> Puerto Rico, a fines <strong>de</strong>l siglo XIX, ya es una modalidad acriollada<br />

<strong>de</strong> la lengua española, 14 se refiere a que, en este momento, el español isleño ha<br />

logrado su madurez en la total adaptación al medio (geografía y población), como<br />

resultado <strong>de</strong> un lento proceso en el que había servido <strong>de</strong> enlace secular entre los<br />

individuos y las instituciones reguladoras <strong>de</strong> la vida comunitaria: las corporaciones<br />

municipales, los patrones <strong>de</strong> organización familiar y jurídica, las relaciones<br />

12 La sociedad bipartita, claramente presente en otros contextos caribeños, habría <strong>de</strong>sarrollado en<br />

el Caribe hispánico, sin duda, una nueva lengua, un créole <strong>de</strong> base hispánica (como el haitiano lo es<br />

respecto al francés). El español <strong>de</strong>l Caribe no es un créole, en ninguno <strong>de</strong> sus territorios, sino un conjunto<br />

<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mismo idioma histórico, productos <strong>de</strong> la adaptación secular, con poquísimos fenómenos<br />

exclusivos <strong>de</strong> la zona, puesto que sus rasgos –hoy lo sabemos por la investigación actual- están<br />

presentes en la mayoría <strong>de</strong> los territorios atlánticos. El español <strong>de</strong>l Caribe es una variedad<br />

«acriollada» <strong>de</strong>l español mo<strong>de</strong>rno, en el sentido <strong>de</strong> ‘adaptada’ al medio, igual que el español <strong>de</strong>l resto<br />

<strong>de</strong> todos los países hispanohablantes, cada uno con sus características propias (el andaluz es el español<br />

adaptado al sur peninsular, etc.), pero esto no quiere <strong>de</strong>cir que sea, en ningún territorio, una lengua<br />

«criolla», o créole. Que en los primeros siglos coloniales, y hasta <strong>de</strong>spués, existieran en el Caribe comunida<strong>de</strong>s<br />

con formas <strong>de</strong> hablar cercanas a un créole (el habla <strong>de</strong> los bozales, por ejemplo) es una realidad<br />

sociolingüística que hay que incluir en la complejidad social <strong>de</strong> la colonia española. Estas formas,<br />

por variados factores, ni se <strong>de</strong>sarrollaron ni se propagaron, sino que fueron perdiéndose en las generaciones<br />

siguientes <strong>de</strong> las mismas comunida<strong>de</strong>s, en la medida que sus <strong>de</strong>scendientes adquirían el idioma<br />

general (No fue éste el caso <strong>de</strong> los bozales <strong>de</strong> Haití, por ejemplo, que <strong>de</strong>sarrollaron la lengua nueva,<br />

junto al francés estándar). La persistencia artística o folklórica <strong>de</strong> estas formas es otro capítulo <strong>de</strong> la<br />

cultura, importante en sí mismo.<br />

13 Es verdad que el analfabetismo llegaba en Puerto Rico al 79%, según el censo <strong>de</strong> 1899, pero este<br />

índice, que concuerda con los <strong>de</strong> otros países en esta época, incluida España, no significa nada a la<br />

hora <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar el grado <strong>de</strong> cohesión lingüística <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada comunidad <strong>de</strong> habla: con altos<br />

porcentajes <strong>de</strong> analfabetos que comparten el mismo sistema <strong>de</strong> comunicación, por muy variable que<br />

sea socialmente, una comunidad pue<strong>de</strong> ser lingüísticamente homogénea, con las varieda<strong>de</strong>s socioculturales<br />

que toda homogeneidad lingüística implica.<br />

14 Manuel Álvarez Nazario, «El estado lingüístico <strong>de</strong> Puerto Rico al comenzar el siglo XX», La Torre,<br />

vol. XXI, núm. 121, Universidad <strong>de</strong> Puerto Rico, 1983, pp. 11-27.

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