11.07.2015 Views

Untitled

Untitled

Untitled

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO xm. 11*3« ¿Do dónde? preguntó el Príncipe á la persona que se lo habíaentregado.—De países estranjeros, respondió; mas no puedo decir de cuál.I¿I francés que lo ha traído dice que lia corrido día y nocheponerlo en manos de vuestra Alteza.,.paraEl Príncipe leyó atentamente el sobrescrito, y después examinóel sello que sujetaba el cordón de seda alrededor del billete, y querepresentaba las tres flores de lis. Juan lo abrió entonces con algunaagitación , que aumentaba visiblemente á medida que leiasu contenido, el cual era como sigue :Ojo alerta, que el diablo anda suelto.El Príncipe mudó de color ; bajó los ojos, y los clavó después enel Cielo, como un hombre que acaba de leer su sentencia de muerte,Recobrándose de los primeros efectos de,^ sorpresa, llamó áY aldemar de Fitzurse y á Bracy aparte, y les puso sucesivamenteen las manos aquel fatal billete.v Invención pura, dijo P.racy, y terrores falsos.- -La letra y el sello son del Ley de Francia, dijo Juan.—Va es tiempo, dijo Fitzurse , de recoger todo nuestro partido,en York ó en otro punto central. Dentro de pocos días será tarde.Vuestra Alteza debe mandar concluir todas estas pantomimas.—Sin embargo, dijo Bracy, el pueblo no ha tomado todavía parteen los ejercicios del torneo, y no fuera, bien que se retirara disgustado.—Aun queda dia bastante, dijo Waldemar, para ver algunos tiro?de arco. Bastan pocos para adjudicar el premio. Con esto cumplevuestra Alteza lo que ha ofrecido, y harto y demasiado es paraesos villanos sajones.—Te doy gracias, Waldemar, dijo el Príncipe , por haberme recordadola deuda que tengo contraída con aquel insolente campesinoque ayer insultó mi persona. Tampoco ha de haber alteraciónen el banquete. Si fuera esta la última hora de mi poder, la dedicaríaal placer y á la venganza. Vengan mañana las pesadumbres, siquieren.»VI toque délas trompetas volvieron atrás los espectadores que yahabían empezado á retirarse. En seguida se leyó el pregón, en quese anunciaba que en virtud de sus altas y perentorias obligacionespúblicas, el príncipe Juan se veía obligado á poner termino álos ejercicios de la justa, y que los dispuestos para el día siguiente

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!