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]59 IVANHÓE.cual se sometió humildemente á esta operación, lanzando unamirada espresiva á su amo, y diciéndole al mismo tiempo: «Estees el pago que recibo por amar vuestra sangre mas que la miapropia.—A caballo y marchemos, dijoCedric.—Ya es tiempo, dijo Athelstane; y si no andamos aprisa, causayernosgran inquietud al P. Abad que nos aguarda esta noche conimpaciencia.»Los viajeros, sin embargo, apretaron tinto el paso, que llegaronal monasterio de san Withold antes que se realizase el temor deAthelstane. El Abad , que era de familia sajona , trató á sus huéspedescon aquella profusión que caracterizaba entonces á la gentedesupais: la segunda cena duró hasta muy tarde, ó por mejordecir, no concluyó basta el siguiente dia; sin embargo de locual, los viajeros almorzaron opíparamente antes de ponerse encamino.Al tiempo de salir del patio del convento , ocurrió un incidentefunesto á los ojos de los sajones. Estos se distinguían á la sazón entretodos los pueblos de Europa por su ciega creencia en agüerosy presagios, á cuyo origen se deben atribuir los restos de estas supersticionesque se encuentran en las antiguallas populares de Inglaterra.Los normandos se habían cruzado con otras razas y naciones,y tenian ideas algo mas sanas, comparadas con el estadode la ilustración general. Habían desaparecido los errores que susabuelos trajeron de Escandinavia, y se jactaban de pensar con masjuicio en semejantes materias.Lo que asustó á los acompañantes de Cedric en el acto de salirdel convento en que babian pasado la noche, fué nada menos queun perro negro tan largo como flaco y estenuado , que comenzó ¡5lanzar lastimeros aullidos cuando los caminantes se pusieron enmarcha, ladrando después con obstinado ahinco, corriendo de unlado á otro, y procurando ag-regarse á la cabalgata.«No me gusta esa música, P. Cedric, dijo Athelstane, porque estabaacostumbrado á darle este respetuoso título.—Ni á mí tampoco, tío, dijo Wamba; y mucho me temo que noscueste la torta un pan.—Paréceme, dijo Athelstane, á quien habia hecho mucha impresiónla escelente cerveza del Abad; paréceme que seria mucho mejorquedarnos en el convento hasta la farde. Una liebre y un perro

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