11.07.2015 Views

Untitled

Untitled

Untitled

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO xxvm. 235favores que el Dios de Israel nos concede, ora sean monedas de oroy plata, ora virtudes y recetas medicinales, no deben prodigarse ávolitas y á locas. Cosas son estas de que solo deben gozar aquellosa quienes la Providencia las ha dispensado. Y en cuanto á ese, queios nazarenos llaman < 'orazon de León, si supiera mis negocios cbnsu hermano, mas me valiera caer en manos de un león deldumeaque en las suyas. Por tanto me someto á tus consejos, y ese buenmancebo irá con nosotros ,-í casa, y podrá estar en ella como en lasuya propia hasta que se curo de su herida. Y si Corazón de Leónvuelve á Inglaterra, como ya lo susurra la gente, nuestro huéspedserá para mí un muro de defensa (pie me preserve de los males que¡Hiedan amenazarme. Si no vuelve, Ivanboe podrá fácilmentepagarme los gastos que me ocasiona, con los despojos que gane suvalor, como ha hecho en el último torneo. Ks un buen muchacho;•umple la palabra que da; restituye lo que se le presta, y socorreal israelita en medio de los ladrones y de los hijos de Belial.»Ivanboe volvió en sí cuando ya iba cerrando la noche. Dispertóde un sueño agitado con aquella confusión de ideas que naturalmentesigue ¡i la. completa insensibilidad. Durante mucho tiempole fué imposible traer á la memoria las circunstancias que habíanprecedido á su desmayo, y ligar la cadena de sucesos que le habíanocurrido el dia anterior. Sentía el dolor de la herida y unextraordinario abatimiento; á lo cual se unían en su imaginaciónideas confusas de golpes y estocadas, de encuentros de caballos ygañeres, y la polvareda, y el ruido de las armas, y la gritería yalboroto de una pelea encarnizada. Hizo un esfuerzo para levantarla cortina de su cama, y lo consiguió, aunque sintiendo al mismotiempo un dolor agudo.Hallóse con gran sorpresa suya en un aposento magnifleamenteamueblado; pero como vio cojines en lugar de sillones y otrosadornos del gusto oriental, casi llegó á creer que durante su sueñohabia sido trasportado otra vez á la tierra de Palestina. Aumentóse,su sorpresa cuando se alzó un lienzo de la tapicería, yvio entrar una mujer ricamente vestida á la manera de Levante,seguida por un criado de color algo mas oscuro que el trigueño.Cuando el caballero iba á dirijir la palabra á la hermosa aparición,la judía le hizo seña de que guardase silencio, colocando eldedo sobre sus labios de rubí; el criado se acercó al enfermo, ledescubrió el costado, y Kebeca examinó el vendaje y pareció sa-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!