11.07.2015 Views

Untitled

Untitled

Untitled

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

202 IVANHOE.ria, sin dejar en pos de mí quien conserve el antiguo nombre deiíois-Guilbert.»Paróse un momento al terminar estas palabras, y añadió: «Rebeca,la mujer que prefiere ia muerte á la deshonra, tiene un almasuperior y exaltada. Mia has de ser... aguarda... no te asustes..Mía, con tu consentimiento, y con las condiciones que quieras dictar.Parte conmigo mis esperanzas, mas estendidas que las que alcanzaná verse desde los tronos de los monareas. Óyeme antes deresponder, y juzga por tí misma antes de negar. El Templariopierde sus derechos, como hombre; su poder, como agente libre;pero es miembro y parte de un cuerpo formidable ante el cuaJtiemblan los dueños del mundo, como la gota de agua que se desgajadel cielo llega á ser parte del irresistible Océano, que minalas rocas, y traga potentes armadas. Tal es el imperio de mi orden.En ella, no soy un oscuro individuo, y puedo aspirar algún dia é.empuñar el bastón del mando. Los pobres soldados de mi orden nosolo pisan el cuello de los magnates, sino que con nuestro camisotede malla subimos las gradas del poder, y con nuestro guanteletede acero arrancamos sus insignias. Durante toda mi vida be estadobuscando un corazón intrépido y generoso con quien partir miambición, y el tuyo es el único que he encontrado. Pero no es estaocasión de alzar el velo que cubre mis designios. Esa trompetaanuncia algún negocio importante que requiere mi presencia.Piensa bien en lo que te he dicho: no te ruego que me perdones laviolencia que he usado, porque ha sido necesaria para conocer tucarácter. El oro no se conoce sino cuando se aplica á la piedra detoque. Volveré pronto, y hablaremos.»El Templario, que durante esta conversación se Pabia colocadoen la plataforma, aunque á cierta distancia de la almena en queRebeca se apoyaba, volvió á entrar en el aposento de la torre, ybajó precipitadamente la escalera-, dejando á la judía menos asustadadel peligro de una muerte horrorosa á que acababa de verseespuesta, que de la ambición furiosa, y de la profunda maldad de!hombreen cuyo poder se hallaba. Cuando volvió á su prisión, loprimero en que pensó fué en dar gracias al Dios de .lacob por laprotección que le habia concedido, rogándole que continuase dispensándosela,tanto á ella como á su padre. Otro nombre pronunciaronsus labios en aquella fervorosa súplica, y fué el del cristianoherido, á quien su mala suerte habia traído á manos de aque-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!