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392 IVANHOE.tos y opiniones. El gran Maestre quedó satisfecho , y Malvoisin librede un gran embarazo.El gran Maestre mandó entonces á los heraldos que hicieran sudeber. Tocáronse de nuevo las trompetas; y un heraldo, presentándoseen medio del campo de batalla, proclamó el duelo en lostérminos siguientes:« Oid, oid , oid. Aquí está el buen caballero sir Brian de Bois-Guilbert, pronto y apercibido á pelear cuerpo á cuerpo con todo caballerode sangre libre que salga á la defensa de la judía Rebeca,en virtud de la facultad que se le ha concedido de presentarse pormedio de otra persona en este juicio de Dios, en que debe ser juzgada;y al caballero que salga al duelo, como campeón de la dichaRebeca, el reverendo y valeroso gran Maestre de la muy santa ordende los Templarios, que está aquí presente , concede campo libreé igual partición de sol y aire y todos los demás requisitos deun combate legal.» Volvieron á sonar las trompetas , y siguieronalgunos minutos de suspensión y silencio.«Ningún campeón se presenta por la apelante, dijo el grá^ Maestre.Heraldo,pregunta á la judía Rebeca si aguarda que se presentealgún caballero que tome las armas en su defensa.»El heraldo se encaminó hacia la judía, y Bois-Guilberí, volviendode pronto las riendas al caballo, en despecho de las amonestacionesde sus dos padrinos, se dirigió al mismo punto, y llegó á élcasi al mismo tiempo que el heraldo.«¿Es esto conforme á las reglas del combate judicial?Alberto de Malvoisin al gran Maestre.preguntó—Sí, hermano, respondió Lúeas do Beaumauoir; porque en estaapelación al juicio de Dios no debemos estorbar que las partes comuniquenentre sí, á fin de no impedir ninguno de los medios quepuedan conducirnos al descubrimiento de la verdad y de la justicia.»Entretanto, el heraldo habló á Rebeca en estos términos :«Doncella, el honorable y reverendo gran Maestre te pregunta siestás apercibida de algún campeón que sostenga tu parte en la pelea,ó si reconoces la justicia de la sentencia y te sometes á la penaque te impone.—Di al gran Maestre, respondió Rebeca, que persisto en declararmi inocencia; y protesto, y debo protestar contra el fallo pronunciado,so pena de ser homicida de mí misma. Dile además que le

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