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¿ FIN DE CICLO?

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<strong>¿</strong>Fin de ciclo? cambios en la gobernanza del sistema educativo<br />

<strong>¿</strong>Son los premios salariales por desempeño la solución?<br />

con cierta recurrencia, los incentivos monetarios asociados a algún tipo de<br />

indicador de desempeño son propuestos por algunos diseñadores de política como<br />

la solución al “problema docente”. sin embargo, la experiencia para américa latina<br />

muestra que los incentivos no han generado un mejoramiento de los resultados<br />

escolares (vegas y umansky, 2005); en efecto, el “pago por mérito” tampoco ha<br />

sido una política efectiva en estados unidos, país donde se han ensayado diferentes<br />

esquemas de este tipo desde hace treinta años. más aun, si se pone la atención en<br />

los jóvenes en el período de elección de su carrera profesional, factores mucho<br />

más relevantes que la eventualidad de un premio, son las condiciones generales de<br />

trabajo ofrecidas, el salario inicial y la progresión esperada de dichas condiciones<br />

e ingresos para la primera etapa de su vida laboral.<br />

entre las razones que podrían explicar la poca efectividad de los incentivos<br />

monetarios ligados al desempeño de los docentes está su poca relevancia y la baja<br />

cobertura de algunos programas. así, por ejemplo, en el caso chileno a pesar de<br />

la diversidad de mecanismos de incentivos colectivos e individuales existentes<br />

(que, vale la pena decirlo, son más que los aquí mencionados) la relevancia de<br />

los recursos financieros involucrados en éstos es menor: en el presupuesto del<br />

año 2010, todos los incentivos a docentes, colectivos e individuales, representan<br />

sólo el 2% del presupuesto de subvenciones educacionales (ley de Presupuestos<br />

2010). Por otro lado, los incentivos individuales tienen una bajísima cobertura, por<br />

ejemplo el bono aeP es pagado a 2.987 profesores de la educación municipal o<br />

particular subvencionada, quienes representan apenas al 2% del total de profesores<br />

del sistema escolar. en efecto, el interés de los docentes por obtener los incentivos<br />

individuales es bajo, pues anualmente no postulan más allá de 2.000 profesores al<br />

programa aeP 10 (considérese además que, en 2009, sólo el 18% de los postulantes<br />

finalmente obtuvo la aeP).<br />

evidencia indirecta –como la presentada en la primera parte– sugiere que la<br />

existencia de este conjunto de incentivos no ha logrado motivar a los jóvenes de<br />

mejor desempeño académico en enseñanza media para que opten por estudiar pedagogía.<br />

un buen contraejemplo lo proporcionan programas como enseñachile, que<br />

demuestra que jóvenes talentosos están dispuestos a trabajar en la educación, pero<br />

por un período breve de sus vidas laborales (el programa tiene una extensión de 2<br />

años), puesto que ellos no escogieron la carrera docente como opción de formación<br />

inicial y de desarrollo profesional permanente.<br />

Por otra parte, los promotores de los incentivos por desempeño argumentan que<br />

éstos podrían aumentar la efectividad de los profesores en servicio, al constituirse<br />

el premio monetario en un factor de motivación para elevar los resultados. la evidencia<br />

disponible tampoco respalda estas nociones. en efecto, las evaluaciones de<br />

programas de incentivo como el sned, indican que su impacto en el mejoramiento<br />

de los aprendizajes de los estudiantes es inexistente o irrelevante. gallego, garcía,<br />

10 a esta asignación pueden postular todos los docentes de la educación municipal y subvencionada<br />

particular, con al menos dos años de experiencia profesional docente.

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