¿ FIN DE CICLO?
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<strong>¿</strong>Fin de ciclo? cambios en la gobernanza del sistema educativo<br />
jóvenes docentes son equivalentes a los percibidos por técnicos formados en cFt.<br />
tampoco han sido consistentes las políticas hacia la formación inicial docente: un<br />
programa de mejoramiento (el único en 20 años) implementado entre 1998 y 2002<br />
no tuvo luego proyecciones; un sistema de acreditación de carreras hecho obligatorio<br />
a mediados de esta década, no ha demostrado aplicar estándares exigentes que de<br />
verdad garanticen la calidad de los programas que acredita.<br />
en tercer lugar, el ejercicio de la profesión docente está sometido a regulaciones<br />
asimétricas entre quienes se desempeñan en establecimientos públicos y<br />
privados, esto a pesar de que la fuente de financiamiento principal de los establecimientos<br />
privados subvencionados es el subsidio estatal, que se entrega en<br />
igualdad de condiciones respecto de los establecimientos públicos. esta asimetría<br />
genera efectos negativos en la dinámica del mercado laboral docente y dificulta la<br />
implementación de políticas de desarrollo profesional que impacten al conjunto<br />
del cuerpo docente.<br />
Finalmente, hemos constatado que los profesores chilenos perciben de un<br />
modo bastante generalizado que su profesión viene perdiendo estatus, acelerada y<br />
sostenidamente, durante las últimas cuatro décadas y que dicho proceso no logró<br />
ser detenido por la reforma educacional iniciada a mediados de los 90’. en la actualidad,<br />
una fracción mayoritaria de docentes cree que su profesión no contiene<br />
algunos de los elementos distintivos de una profesión de alto estatus, sitúa el estatus<br />
de la docencia en un nivel medio-bajo o bajo, y piensa que los actores institucionales<br />
relevantes en educación (gobierno, colegio de profesores, y sostenedores) no<br />
respetan su estatus profesional.<br />
el panorama descrito no es alentador. sin embargo, creemos que es indispensable<br />
que el país (especialmente quienes diseñan y deciden sobre las políticas educacionales)<br />
tome conciencia no sólo de las debilidades de la profesión docente, sino de<br />
los factores que han incidido en producir y mantener dichas debilidades. sin este<br />
“diagnóstico” creemos que el riesgo de volver a ensayar una y otra vez “medidas”<br />
que en último término resultan inefectivas para mejorar la profesión docente, es<br />
muy alto. así por ejemplo, no creemos que una prueba como requisito para ejercer<br />
la docencia sea una política efectiva para resolver la verdadera precarización de la<br />
formación inicial docente que observamos. tampoco creemos que entregar premios<br />
en dinero a los docentes cuyos alumnos obtengan más altos puntajes en el simce<br />
vaya a resolver los problemas de la enseñanza.<br />
un programa de acción más productivo, en cambio, debería comenzar por crear<br />
una nueva carrera profesional docente. los lineamientos básicos para estructurar<br />
esta carrera profesional fueron acordados por el consejo asesor Presidencial en<br />
2006. así, por ejemplo, para atraer jóvenes talentosos a la docencia y retener a los<br />
docentes más competentes en las aulas, se debe aumentar el salario con que se inicia<br />
la carrera docente y se debe vincular luego los aumentos salariales al buen desempeño<br />
demostrado en el trabajo así como a la realización de funciones relevantes para<br />
la calidad del trabajo escolar. de este modo, los profesores de mejor desempeño<br />
deben poder alcanzar umbrales salariales más elevados más tempranamente en su<br />
trayectoria laboral.<br />
lo anterior supone modificaciones sustanciales de la situación actual. Por<br />
ejemplo, debería eliminarse la asignación que se paga por perfeccionamiento,