¿ FIN DE CICLO?
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10. <strong>¿</strong>estÁn las condiciones Para que la docencia… / C. Bellei y J. P. Valenzuela 279<br />
docentes (cruzando el género, la edad o el tipo de establecimiento en que trabajan)<br />
indica que existe una cierta “cultura” un cierto “sentido común” docente respecto<br />
de su identidad colectiva, uno de cuyos elementos sería la noción de pertenecer a<br />
una profesión cuyo estatus social se ha deteriorado aceleradamente en las últimas<br />
décadas. si estas dos conclusiones son correctas, sobra argumentar acerca del<br />
negativo impacto socializador que ellas pueden tener sobre los profesores jóvenes<br />
que llegan a la escuela a integrarse a esta “cultura docente”. también es evidente<br />
que ellas pueden afectar negativamente la motivación de los alumnos secundarios<br />
por estudiar pedagogía.<br />
5. conclusiones Y ProPuestas<br />
en definitiva, a estas alturas ha quedado claro que nuestra respuesta a la pregunta<br />
que titula este capítulo es negativa: no creemos que en chile estén las condiciones<br />
para que la docencia sea una profesión de alto estatus. Por el contrario, existe<br />
bastante evidencia de que la profesión docente está experimentando un proceso<br />
de desprestigio.<br />
en primer lugar, hemos visto que la extrema desregulación con la que operan<br />
las instituciones de educación superior ha permitido un crecimiento explosivo de la<br />
matrícula en carreras de formación docente en los últimos años, la mayor parte de<br />
las cuales tiene mínimos o inexistentes requisitos de admisión. este proceso ha sido<br />
impulsado por la apertura acelerada de nuevos programas de formación docente,<br />
especialmente en las universidades privadas de más reciente creación. más aun,<br />
los programas “no tradicionales” (es decir, programas con menos requerimientos<br />
académicos que los tradicionales) llegaron a ocupar un lugar central en el campo<br />
de la formación docente en chile. Por último, la evidencia disponible indica que la<br />
calidad de los programas de formación docente en chile es, en términos generales,<br />
baja.<br />
dado que en chile no existen requisitos adicionales al título profesional para<br />
ejercer la docencia (requisito que también es relativizado mediante procedimientos<br />
de “habilitación”), los egresados de los diferentes programas, sin importar su naturaleza,<br />
exigencia o si contaban o no con requisitos de admisión, son incorporados<br />
automáticamente y en igualdad de condiciones al sistema escolar. más aun, a pesar<br />
de existir un consenso amplio sobre la materia, chile no ha avanzado en la creación<br />
de una carrera profesional docente que permitiría abordar éste y otros desafíos del<br />
desarrollo profesional. al contrario, como se discutió, la ley general de educación<br />
instituyó el fin del requisito de título profesional docente para ejercer la docencia<br />
en enseñanza media. todo esto socava las bases para hacer de la docencia una<br />
profesión de alto estatus.<br />
en segundo término, el país no ha contado con políticas integrales y sostenidas<br />
en el tiempo hacia la profesión docente. quizás lo más persistente ha sido el esfuerzo<br />
por elevar los salarios docentes, pero –como hemos visto– estas políticas han dado<br />
un giro en la última década hacia privilegiar aumentos salariales tipo “incentivos”,<br />
a pesar de que el salario docente promedio es por lejos el más bajo entre todas<br />
las profesiones universitarias. más aún, los salarios promedio percibidos por los