05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

debía estarlo, dada su experiencia <strong>del</strong> carácter de mi abuela. de que no<br />

la íbamos a utilizar.<br />

***<br />

Siempre volvíamos temprano de paseo para poder subir a la<br />

habitación de mi tía Leoncia antes de cenar. Al principio de la<br />

temporada, cuando las días se acaban temprano, al llegar a la calle <strong>del</strong><br />

Espíritu Santo todavía se veía un reflejo <strong>del</strong> sol poniente en los cristales<br />

de casa, y una banda purpúrea en el fondo de los bosques <strong>del</strong> Calvario,<br />

que, más lejos, iba a reflejarse en el estanque; y esta púrpura,<br />

que coincidía a veces con un fresco muy vivo, asociábase en mi<br />

mente a la púrpura <strong>del</strong> fuego donde estaba asándose un pollo, que<br />

me traería, después <strong>del</strong> placer poético <strong>del</strong> paseo, el placer de la<br />

golosina, <strong>del</strong> calor y <strong>del</strong> descanso. <strong>En</strong> el verano, en cambio, cuando<br />

volvíamos aun no se había puesto el sol, y mientras estábamos en el<br />

cuarto de la tía Leoncia, su luz, que descendía y tocaba la ventana, se<br />

paraba entre los cortinones y las abrazaderas, dividida, ramificada,<br />

filtrada, incrustando trocitos de oro en la madera <strong>del</strong> limonero de<br />

la cómoda, e iluminada oblicuamente la habitación con la misma<br />

<strong>del</strong>icadeza que toma en el bosque, bajo los árboles. Pero algunos días,<br />

muy pocos, al volver ya hacía <strong>tiempo</strong> que perdiera la cómoda sus<br />

momentáneas incrustaciones; no quedaba, cuando llegábamos a la<br />

calle <strong>del</strong> Espíritu Santo, ningún resol en los cristales, y el<br />

estanque que está al pie <strong>del</strong> Calvario se había quedado sin<br />

púrpura, y a veces era ya de un color opalino, y un prolongado rayo de<br />

luna, que iba ensanchándose y estriándose con todas las arrugas <strong>del</strong><br />

agua, le cruzaba de lado a lado. Y entonces, al llegar cerca de casa,<br />

veíamos a alguien en el umbral de la puerta, y mamá me decía:<br />

-¡Dios mío! Francisca está esperándonos; la tía está alarmada: es<br />

que volvemos muy tarde.<br />

Y sin tomarnos siquiera el <strong>tiempo</strong> necesario para quitarnos<br />

abrigos y sombreros, subíamos en seguida a ver a la tía Leoncia para<br />

tranquilizarla, y que viera que, al contrario de lo que ella<br />

pensaba, nada nos había ocurrido, sino que habíamos ido por el lado de<br />

Guermantes., y, ¡caramba!, cuando se da ese paseo ya sabía mi tía que<br />

no había hora segura para la vuelta.<br />

-Ve usted, Francisca .exclamaba mi tía; ya le decía yo a usted<br />

que habrían ido por el lado de Guermantes, ¡Dios mío!; deben<br />

tener gana, y la pierna de cordero se habrá secado con lo que ha tenido<br />

que esperar. Es que éstas no son horas de volver; ¡claro, habéis ido por<br />

el lado de Guermantes!<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

113

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!