05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de antiguo, era para mí ahora un nombre nuevo, como sucede a los<br />

afásicos con las palabras más usuales. Y mi alma, aunque siempre lo<br />

tenía presente, no podía acostumbrarse a él. Yo lo descomponía, lo<br />

<strong>del</strong>etreaba; su ortografía era para mí una sorpresa. Y al mismo <strong>tiempo</strong><br />

que dejó de ser familiar para mí, dejó también de ser inocente. Me<br />

parecía tan culpable el gozo que sentía yo al oírlo, que muchas veces,<br />

cuando yo intentaba hacérselo pronunciar a mis padres, se me figuraba<br />

que me adivinaban el pensamiento y que desviaban la conversación.<br />

<strong>En</strong>tonces yo hacía recaer la charla sobre temas referentes a Gilberta,<br />

machacaba sobre idénticas palabras, porque aunque sabía muy bien<br />

que no eran más que palabras .palabras pronunciadas allí, lejos de ella,<br />

que ella no oía; palabras sin virtud alguna que repetían lo que era,<br />

pero sin poder modificarlo, sin embargo, se me antojaba que, a fuerza<br />

de manejar y de revolver todo lo que tocaba a Gilberta, quizá saldría de<br />

allí una chispa de felicidad. Contaba y recontaba a mis padres que<br />

Gilberta quería mucho a su institutriz; como si esta proposición,<br />

al ser enunciada por centésima vez, tuviera la virtud de hacer<br />

entrar a Gilberta y traerla a vivir para siempre con nosotros. Tornaba a<br />

mis elogios de la señora anciana que leía los Debates (yo insinué a mis<br />

padres que debía de ser la esposa de algún diplomático, quizá una<br />

alteza), celebraba su hermosura, su magnificencia y su nobleza, hasta<br />

un día que yo dije que Gilberta <strong>del</strong>ante de mí la llamó señora Blatin.<br />

-¡Ah, ya sé quién es! ¡Alerta! ¡Alerta!, como decía el abuelo -<br />

exclamó mi madre, mientras yo me ponía muy encarnado.. ¿Y a eso<br />

llamas tú ser guapa? Es horrible y siempre lo fue. Es viuda de un<br />

alguacil. ¿No te acuerdas tú, cuando eras pequeño, de las<br />

combinaciones que hacía yo en el gimnasio para huir de ella? Venía a<br />

hablarme sin conocerme, con el pretexto de decirme que eras<br />

demasiado guapo para niño. Ha tenido siempre la manía de conocer<br />

gente y debe de estar un poco loca, si es que se trata con la señora<br />

Swann. Porque, aunque es de una familia muy ordinaria, nunca ha dado<br />

que hablar. Pero siempre está haciendo amistades. Es una mujer<br />

horrible, vulgarísima y, además; muy cargante.<br />

Quería yo parecerme a Swann, y me pasaba, todo el <strong>tiempo</strong> que<br />

estaba en la mesa, tirándose de la nariz y restregándome los ojos.<br />

Mi padre decía: .Este niño es tonto, se va a poner horrible.<br />

Mi gran deseo hubiera sido tener la calva de Swann. Parecíame un ser<br />

extraordinario, y juzgaba maravilloso el que lo conocieran otras<br />

personas a quienes trataba yo, y que fuera posible encontrárselo en las<br />

casuales incidencias de un día cualquiera. Y una vez que mi<br />

madre nos estaba contando, como solía hacer todas las noche, durante<br />

la cena, sus compras y quehaceres de aquella tarde, hizo brotar en<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

349

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!