05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>del</strong> Espíritu Santo, a la que daba la puertecita lateral <strong>del</strong> jardín;<br />

y esas calles de Cambray viven en un lugar tan recóndito de mi<br />

memoria, pintado por colores tan distintos de los que ahora reviste<br />

para mí el mundo, que en verdad me parecen todas, y la iglesia,<br />

que desde la plaza las señoreaba, aún más irreales que las proyecciones<br />

de la linterna mágica, y en algunos momentos se me figura que poder<br />

cruzar todavía la calle San Hilarlo y poder tomar un cuarto en la<br />

calle <strong>del</strong> Pájaro .en la vieja hostería <strong>del</strong> Pájaro herido, de cuyos<br />

sótanos salía un olor de cocina que sube aún a veces, en mi<br />

recuerdo tan intermitente y cálido como entonces. sería entrar en<br />

contacto con el Más Allá de modo más maravillosamente sobrenatural<br />

que si me fuera dado conocer a Golo y hablar con Genoveva de<br />

Brabante.<br />

Mi tía, prima de mi abuelo, en cuya casa habitábamos, era la<br />

madre de esa tía Leoncia que desde la muerte de su marido, mi tío<br />

Octavio, no quiso salir de Combray primero, de su casa luego, y<br />

más tarde de su cuarto y de su cama, que no bajaba nunca y se<br />

estaba siempre echada, en un estado incierto de pena, debilidad<br />

física, enfermedad, manía y devoción. Sus habitaciones daban a la calle<br />

de Santiago, que terminaba un poco más abajo en el Prado<br />

grande (por oposición al Prado chico, el cual extendía su verdor en<br />

medio de la ciudad, entre tres calles), y que, uniforme y grisácea,<br />

con los tres escalones de piedra <strong>del</strong>ante de casi todas las puertas,<br />

parecía un desfiladero tallado por un imaginero gótico en la misma<br />

piedra en que esculpiera un nacimiento e un calvario. Mi tía no<br />

habitaba en realidad más que dos habitaciones contiguas, y por la tarde<br />

se estaba en una de ellas mientras se ventilaba la otra. Eran<br />

habitaciones de esas de provincias que .lo mismo que en ciertos países<br />

hay partes enteras <strong>del</strong> aire o <strong>del</strong> mar, iluminadas o perfumadas por<br />

infinidad de protozoarios que nosotros no vemos. Nos encantan con mil<br />

aromas que en ellas exhalan la virtud, la prudencia, el hábito, toda<br />

una vida secreta e invisible, superabundante y moral que el aire<br />

tiene en suspenso; olores naturales, sí, y con color de naturaleza, como<br />

los de los campos cercanos, pero humanos, caseros y confinados,<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

42

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!