05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-Tenga usted, pobre Eulalia .decía con voz feble, sacando una<br />

moneda de una bolsita que tenía al alcance de la mano.; tenga usted,<br />

para que no me olvide en sus oraciones.<br />

-Pero, señora, eso no está bien; ya sabe usted que no es por eso<br />

por lo que vengo .decía Eulalia, siempre con el mismo vacilar y la<br />

misma timidez que si fuera la primera vez, y con una apariencia de<br />

descontento que divertía a mi tía y no le parecía mal, porque si algún<br />

día Eulalia, al tomar el dinero, presentaba semblante menos contrariado<br />

que de costumbre, mi tía decía:<br />

-No sé lo que tenía Eulalia; yo le he dado lo mismo que siempre<br />

y parece que no estaba contenta.<br />

-Pues no puede quejarse .suspiraba Francisca, que tendía a<br />

considerar como calderilla todo lo que mi tía le daba para ella o para<br />

sus hijos, y como tesoros derrochados locamente por una ingrata<br />

las piezas depositadas todos los domingos en la mano de Eulalia, con<br />

tanta discreción, que Francisca no llegó a verlas nunca.<br />

Y no es que ella ambicionara el dinero que mi tía daba a Eulalia.<br />

Ya gozaba bastante <strong>del</strong> caudal de mi tía, al saber que las riquezas <strong>del</strong><br />

ama ensalzan y hermosean al mismo <strong>tiempo</strong> a la sirvienta; y que<br />

ella, Francisca, era persona insigne y glorificada en Combray, Jouy le<br />

Vicomte y otros lugares, por lo numeroso de las haciendas de mi tía, la<br />

frecuencia y duración de las visitas <strong>del</strong> cura y la gran cantidad de<br />

botellas de agua de Vichy que se consumía. Era avara por mi tía, y de<br />

haber administrado su fortuna, lo cual era su sueño, la habría defendido<br />

de los ataques ajenos con ferocidad maternal. No le hubiera<br />

parecido mal que mi tía, cuya incurable generosidad conocía, se<br />

alargara a dar, siempre que fuera a personas ricas. Quizá pensaba que<br />

los ricos, como no tenían necesidad de los regalos de mi tía, no podían<br />

ser sospechosos de quererla por sus dádivas. Además, estas dádivas,<br />

hechas a personas de gran posición económica, como la señora de<br />

Sazerat, Swann, Legrandin, o la señora de Goupil, entre personas <strong>del</strong><br />

.mismo rango. que mi tía y que .podían codearse, se le representaban<br />

como un aspecto de los usos de aquella vida extraña y brillante de los<br />

ricos que dan bailes y se visitan, vida que Francisca admiraba sonriente.<br />

Pero ya no era lo mismo si los beneficiarios de la generosidad de mi<br />

tía eran de aquellos que Francisca llamaba .gente como yo, gente<br />

que no es más que yo., y que le inspiraban desprecio, a no ser que la<br />

llamasen .señora Francisca., y se consideraran .menos que ella.. Y<br />

cuando vio que, a pesar de sus consejos, mi tía hacía su voluntad, y<br />

nada más, y tiraba el dinero por lo menos Francisca así se lo<br />

creía. con seres indignos, empezaron a parecerle muy parvos los<br />

regalos que su ama le hacía, comparados con las cantidades imaginarias<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

91

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!