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Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

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según su fraseología, y que andaba esperando el momento de llamarle<br />

la atención y entrar más en contacto con él, cogió al vuelo la palabra<br />

blanca., y sin levantar la nariz <strong>del</strong> plato, dijo:<br />

-¿Blanca?, será Blanca de Castilla., y luego, sin mover la<br />

cabeza lanzó furtivamente a derecha e izquierda miradas indecisas<br />

y sonrientes. Mientras que Swann denotó con el esfuerzo penoso e<br />

inútil que hizo para sonreírse que juzgaba el chiste estúpido,<br />

Forcheville dio muestra de que apreciaba la finura de la frase, y<br />

al propio <strong>tiempo</strong>, de que estaba muy bien educado, porque supo<br />

contener en sus justos límites una jovialidad tan franca que sedujo a la<br />

señora de Verdurin.<br />

-¿Qué? ¿Qué me dice usted de un sabio así? -preguntó a<br />

Forcheville.. No se puede hablar seriamente con él dos minutos<br />

seguidos. También en su hospital las gasta usted así? Porque entonces<br />

.decía volviéndose hacia el doctor. aquello no debe de ser muy aburrido<br />

y tendré que pedir que me admitan.<br />

-Creo que el doctor hablaba de ese vejestorio antipático llamado<br />

Blanca de Castilla, y perdónenme que así hable. ¿No es verdad,<br />

señora? .preguntó Brichot a la dueña de la casa, que cerró los ojos,<br />

medio desmayada, y hundió la cara en las manos, dejando escapar unos<br />

gritos de reprimida risa.<br />

-¡Por Dios, señora! No quisiera yo ofender a las almas<br />

virtuosas, si es que las hay aquí en esta mesa sub rosa... Reconozco que<br />

nuestra inefable república ateniense .pero ateniense <strong>del</strong> todo podría<br />

honrar en esa Capeto oscurantista al primer prefecto de Policía que<br />

supo pegar. Sí, mi querido anfitrión, sí .prosiguió con su bien timbrada<br />

voz, que destacaba claramente cada sílaba, en respuesta a una objeción<br />

<strong>del</strong> señor Verdurin., nos lo dice de un modo muy explícito la crónica<br />

de San Dionisio, de una autenticidad de información absoluta.<br />

Ninguna patrona mejor para el proletariado anticlerical que aquella<br />

madre de un santo; por cierto que al santo también le hizo pasar las<br />

negras .eso de las negras lo dice Suger y San Bernardo., porque tenía<br />

para todos.<br />

-¿Quién es ese señor? -preguntó Forcheville a la señora de<br />

Verdurin. Parece hombre muy enterado.<br />

-¿Cómo? ¿No conoce usted al célebre Brichot? Tiene fama<br />

europea.<br />

-¡Ah!, es Brichot .exclamó Forcheville, que no habla oído bien.<br />

¿Qué me dice usted? .añadió, mirando al hombre célebre con ojos<br />

desmesuradamente abiertos.. Siempre es agradable cenar con una<br />

persona famosa. ¿Pero ustedes no invitan más que a gente de primera<br />

fila? ¡No se aburre uno aquí, no!<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

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