05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

medio de su relato, tan árido para mí, una flor misteriosa, sólo con estas<br />

palabras: .¿Y sabéis a quién me he encontrado en Los Tres Barrios.,<br />

en la sección de paraguas?: a Swann… ¡Con qué voluptuosa<br />

melancolía me enteré de que aquella tarde, destacando entre la<br />

muchedumbre su forma sobrenatural, Swann había ido a comprar un<br />

paraguas! <strong>En</strong>tre los demás acontecimientos grandes y chicos, que me<br />

dejaban todos indiferentes; aquel tenía la propiedad de despertar en mí<br />

esas particulares vibraciones características que hacían temblar<br />

constantemente a mi amor por Gilberta. Mi padre decía que a mí no me<br />

interesaba nada, porque no prestaba atención cuando se hablaba de las<br />

consecuencias políticas que podría acarrear la visita <strong>del</strong> rey Teodosio,<br />

en aquel momento huésped de Francia, y aliado suyo, según se<br />

contaba. Pero, en cambio, tenía unas ganas atroces de enterarme<br />

de si Swann llevaba aquella tarde su abrigo con esclavina.<br />

-¿Os habéis saludado? .pregunté yo.<br />

-Naturalmente .contestó mi madre, siempre temerosa de<br />

confesar que estábamos en relaciones muy frías con Swann, por si<br />

acaso intentaba alguien reconciliarnos, cosa que no le agradaba<br />

porque no quería conocer a la mujer de Swann.. Él ha sido quien vino a<br />

saludarme; yo no lo había visto.<br />

-¿<strong>En</strong>tonces, no estáis regañados?<br />

-¡Regañados! ¿Y por qué vamos a estar regañados? –<br />

contestó en seguida, como si yo hubiera atentado a la ficción de sus<br />

buenas relaciones con Swann, con ánimo de trabajar por una<br />

reconciliación.<br />

-Podría estar enfadado, porque ya no lo invitas a cenar.<br />

-Pero no hay obligación de invitar a todos los amigos. ¿Me<br />

invita él a mí? Yo no conozco a su mujer.<br />

-Pero cuando estábamos en Combray sí que iba a casa...<br />

-Sí, en Combray, sí; pero en París tiene más cosas que hacer, y<br />

yo también. Pero te aseguro que no parecía ni en lo más mínimo que<br />

estuviéramos enfadados. Hemos estado hablando un momento,<br />

mientras él esperaba que le trajeran su paquete. Me ha preguntado por<br />

ti, me ha dicho que jugabas con su hija .añadió mi madre,<br />

maravillándome ante aquel prodigio de ver que yo existía en la mente<br />

de Swann, y de modo tan completo, que cuando yo temblaba de<br />

amor <strong>del</strong>ante de él, en los Campos Elíseos, sabía mi nombre, quién era<br />

mi madre, y podía amalgamar a mi calidad de camarada de su hija<br />

detalles relativos a mis abuelos y a su familia, al sitio donde<br />

vivíamos, particularidades de nuestra vida de antaño que quizá yo no<br />

conocía. Pero mi madre parecía que no había encontrado un<br />

encanto especial a esa sección de .Los Tres Barrios., donde se<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

350

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!