05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

si había decidido de qué color quería que le pintaran el coche, o<br />

cuando se trataba de unos valores bursátiles, si quería acciones<br />

ordinarias o privilegiadas (porque era muy bonito hacerle ver que<br />

podía pasarse sin ella; pero si después había que volver a pintar<br />

el coche o las acciones no daban dividendo, no habría a<strong>del</strong>antado<br />

nada), entonces, como una goma estirada que se suelta, o como el aire<br />

que se escapa de una máquina neumática entreabierta, la idea de<br />

volver a verla, de las lejanas tierras donde ella se hallaba, tornaba<br />

de un salto al campo <strong>del</strong> presente y de las posibilidades inmediatas.<br />

Tornaba sin encontrar resistencia, y tan irresistible, que a<br />

Swann le dolía menos sentir cómo iban pasando uno a uno los quince<br />

días que tenía que estar separado de Odette, que los diez minutos que<br />

esperaba mientras su cochero enganchaba el coche que lo llevaría<br />

a casa de Odette; y le daban arrebatos de impaciencia y de alegría, y<br />

acariciaba mil veces con pródigo cariño esa idea de ver a Odette, que<br />

con un brusco giro se había plantado de nuevo a su lado, en su<br />

más próxima conciencia, cuando él creía que estaba allá, muy lejos. Y<br />

es que había desaparecido ese obstáculo <strong>del</strong> deseo de intentar resistir<br />

inmediatamente, porque Swann se había demostrado a sí mismo que era<br />

muy capa de resistir y pasarse sin verla, y ya no veía inconveniente en<br />

aplazar un ensayo de separación que podría poner en práctica en cuanto<br />

quisiera. Además, ocurría que esa idea de verla retornaba con una<br />

seducción y novedad, con una virulencia que, embotadas un poco por la<br />

costumbre, cobraron nuevo temple con aquella privación no de tres<br />

días, sino de quince (porque lo que dura la renuncia a un placer,<br />

debe calcularse por anticipado, con arreglo al plazo fijado),<br />

privación que transformaba un placer esperado, que se sacrifica<br />

fácilmente, en una felicidad inesperada, a la que no podemos<br />

resistirnos. Y a más de eso, tornaba esa idea embellecida por la<br />

ignorancia en que estaba Swann de lo que pudo pensar, y quizá hacer<br />

Odette, al ver que su amante no daba señales de vida, así que iba a<br />

encontrarse con la arrebatadora revelación de una Odette casi<br />

desconocida.<br />

Pero Odette, que consideraba únicamente como una finta su<br />

negativa a dar dinero, tampoco consideraba más que como un pretexto<br />

ese detalle que Swann le iba a preguntar, <strong>del</strong> color <strong>del</strong> coche o de<br />

la clase de acciones. Porque Odette no sabía reconstituir las diversas<br />

fases de las crisis que atravesaba su amante, y en la idea que de ellas se<br />

formaba se le olvidaba incluir su mecanismo, y no creía más que en<br />

el final, ya conocido de antemano, necesario, infalible y siempre<br />

idéntico. Idea incompleta .y quizá aún más profunda. si se la<br />

miraba desde el punto de vista de Swann, a quien debía de<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

260

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!