05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

gótica. La primera persona que me habló de Bergotte fue un<br />

compañero mío, mayor que yo, y al que yo admiraba mucho:<br />

Bloch.<br />

Cuando le confesé la admiración que sentía por la Noche de<br />

Octubre, soltó una carcajada chillona como un clarín, y me dijo:<br />

«Desconfía de esa tu baja dilección por el tal Musset. Es un tipo<br />

de lo más dañino; una bestia bastante lúgubre. No puedo por menos de<br />

confesar que él, y hasta el llamado Racine, han hecho en su vida<br />

un verso con bastante ritmo, y que tiene en su abono lo que para mí es<br />

el mayor de los méritos: no significar absolutamente nada. El de<br />

Musset es «La blanche Oloossone et la blanche Camire», y el de<br />

Racine, «La fille de Minos et de Pasiphae». Los he visto citados, en<br />

descargo de esos dos malandrines, en un artículo de mi muy querido<br />

maestro Lecomte de Lisle, grato a los dioses inmortales. Y a<br />

propósito: aquí tienes un libro que yo no tengo <strong>tiempo</strong> de leer ahora, y<br />

que, según parece, recomienda ese inmenso hombrón. Me han dicho<br />

que considera a su autor como uno de los tíos más sutiles de hoy; y<br />

aunque es verdad que a veces da pruebas de inexplicable<br />

blandura, su palabra es para mí el oráculo de Delfos. Lee esas prosas<br />

líricas, y si el gigantesco coleccionador de ritmos que ha escrito<br />

Baghavat y el Levrier de Magnus dijo la verdad, por Apolo que<br />

saborearás, caro maestro, los nectáreos gozos <strong>del</strong> Olimpo. Me había<br />

pedido en tono sarcástico que lo llamara «caro maestro», y así<br />

me llamaba él también; pero, en realidad, nos recreábamos<br />

bastante con aquella broma, porque aun no estábamos muy lejos de la<br />

edad en que nos figuramos que dar nombre es crear.<br />

Desgraciadamente, no pude calmar, hablando con Bloch y<br />

pidiéndole explicaciones, la inquietud que me causara diciéndome que<br />

los buenos versos (a mí que no les pedía nada menos que la revelación<br />

de la verdad) eran tanto mejores cuanto menos significaran. Porque no<br />

se volvio a invitar a Bloch a venir a casa. Primero se le hizo una buena<br />

acogida. Mi abuelo sostenía que cada vez que trababa con un<br />

compañero más íntima amistad que con los demás y lo llevaba a casa,<br />

se trataba siempre de un judío, cosa que en un principio no le<br />

hubiera desagradado .su amigo Swann también era de familia judía., a<br />

no ser porque le parecía que, por lo general, yo no lo había escogido<br />

entre los mejores. Así que cuando llevaba a casa algún amigo nuevo,<br />

casi siempre se ponía a tararear: «¡Oh Dios de nuestros padres, de la<br />

Judía» o «Israel, quebranta tus cadenas!», sin la letra,<br />

naturalmente (ti la lam ta lam talim) ; pero yo siempre tenía miedo de<br />

que mi compañero conociera la música y por ahí fuera a acordarse de la<br />

letra.<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

77

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!