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Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

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Verdurin, y de alegría por haber roto con él, como no fuera en tono un<br />

poco falso y más bien con objeto de apaciguar su ira que de<br />

expresar sus ideas. <strong>En</strong> efecto, mientras que Swann se entregaba a esas<br />

invectivas, su pensamiento debía de estar, sin que él se diera cuenta,<br />

preocupado con otra cosa completamente distinta, porque apenas llegó<br />

a su casa y cerró la gran puerta de la calle, se dio una palmada en la<br />

frente, y abriendo otra vez, volvió a salir, exclamando con voz que ya<br />

era natural: .Me parece que he dado con el medio de que me inviten<br />

mañana a la cena de Chatou.. Pero el medio no debía de ser muy eficaz,<br />

porque Swann no asistió a la cena; el doctor Cottard, que había sido<br />

llamado a provincias para un caso grave, y por eso no iba a casa de los<br />

Verdurin hacía unos días y no pudo asistir a la reunión de Chatou, dijo<br />

al día siguiente de dicha cena, al sentarse a la mesa en casa de los<br />

Verdurin:<br />

-¡Qué! ¿No vemos esta noche al señor Swann? Es amigo<br />

personal de...<br />

-No, no, tengo esperanza de que no .exclamó la señora de<br />

Verdurin.. Dios nos libre; es un hombre muy cargante, un tonto mal<br />

educado.<br />

Cottard, al oír estas palabras, manifestó a un mismo <strong>tiempo</strong> su<br />

asombro y su sumisión, como ante una verdad opuesta a todo lo que<br />

oyera antes, pero de irresistible evidencia sin embargo; bajó la nariz,<br />

intimidado y sorprendido, hasta su plato, y se limitó a contestar:<br />

-¡Ah, ah, ah, ah, ah!., atravesando a reculones en aquel<br />

repliegue en buen orden, que hizo hasta el fondo de sí mismo por una<br />

gama descendente, por todos los registros de su voz. Y ya no se habló<br />

más de Swann en casa de los Verdurin.<br />

Y entonces, aquella casa, que había servido para unir a Swann y<br />

a Odette, se convirtió en un obstáculo a sus citas. Ya no le decía Odette,<br />

como en los primeros <strong>tiempo</strong>s de sus amores:<br />

-De todos modos, nos veremos mañana por la noche, porque<br />

hay comida en casa de los Verdurin., sino; mañana no podremos<br />

vernos, porque hay comida en casa de los Verdurin.. Otra vez, era que<br />

los Verdurin convidaban a Odette a la Ópera Cómica a ver Una noche<br />

de Cleopatra, y Swann leía, en los ojos de su querida, el miedo a que él<br />

le rogara que no fuera, esa expresión de temor, que antes habría besado<br />

al verla cruzar por el rostro de Odette, pero que ahora lo exasperaba.<br />

-Y no es que yo sienta rabia .se decía a sí mismo. al ver<br />

las ganas que tiene de ir a picotear en esa música de estercolero.<br />

Es pena, por ella y no por mí; pena de ver que después de estar seis<br />

meses tratándome a diario, no ha sabido cambiar lo bastante para<br />

eliminar espontáneamente a Víctor Massé. Y, sobre todo, porque<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

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