05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ahí tiene usted a Swann, que está saludando a su Cambremer,<br />

ahí, junto a la vieja Saint-Euverte, ¿no lo ve? Pídale que lo<br />

presente, pero dése prisa, porque me parece que se va.<br />

-¿Se ha fijado usted que mala cara tiene? .dijo el general.<br />

-Vamos, Carlitos. Por fin viene. Ya empezaba a creer que no<br />

quería verme.. Swann estimaba mucho a la princesa de los<br />

Laumes, y además, al verla, se acordaba de Guermantes, tierra<br />

cercana a Combray, región toda aquella que le gustaba muchísimo, y<br />

donde no iba ahora por no separarse de Odette. Y empleando unas<br />

formas medio artísticas, medio galantes, con las que se hacía grato a la<br />

princesa, y que se le ocurrían espontáneamente en cuanto volvía a tocar<br />

en aquel su ambiente de antes, y deseoso, además, de expresarse a sí<br />

mismo la nostalgia que sentía <strong>del</strong> campo, dijo, como entre bastidores,<br />

de modo que lo oyeran a la vez la marquesa de Saint-Euverte,<br />

con quien estaba hablando, y la princesa de los Laumes, para<br />

quien estaba hablando:<br />

-¡Ah!, ahí está la princesa bonita. Mire usted, ha venido<br />

expresamente de Guermantes para oír el San Francisco de Asís,<br />

de Liszt, y como es un abejaruco lindo que ha venido volando, no ha<br />

tenido <strong>tiempo</strong> más que de picotear unas cerecillas de pájaro y unas<br />

flores de espino y ponérselas en la cabeza; todavía tienen unas gotitas<br />

de rocío y de esa escarcha que tanto miedo debe de dar a la duquesa. Es<br />

precioso, princesa.<br />

-Pero, cómo, ¿conque la princesa ha venido expresamente de<br />

Guermantes? Eso es ya demasiado, no lo sabía; verdaderamente, no sé<br />

cómo darle las gracias .exclamó la Saint-Euverte, ingenuamente,<br />

poco hecha al modo de hablar de Swann. Y fijándose en el peinado de<br />

la princesa.: Es verdad, imita como si fuera castañitas, pero no, eso<br />

no... es una idea <strong>del</strong>iciosa. ¿Y cómo conocía la princesa el programa?<br />

Ni siquiera a mí me lo habían dicho los músicos.<br />

Swann, que siempre que veía una dama con la que tenía<br />

costumbre de hablar en tono de galantería, le decía alguna cosa<br />

<strong>del</strong>icada que pasaba inadvertida para muchas de las gentes <strong>del</strong> gran<br />

mundo, no se dignó explicar a la marquesa de Saint-Euverte que<br />

había hablado en pura metáfora. La princesa se echó a reír a<br />

carcajadas, porque en su círculo de íntimos se tenía en gran estima la<br />

gracia de Swann, y además, porque no podía oír ningún cumplido<br />

dirigido a ella sin que le pareciera muy fino y gracioso.<br />

-<strong>En</strong>cantada, Carlos, de que le gusten a usted mis florecillas de<br />

espino. ¿Cómo es que estaba usted saludando a esa Cambremer?<br />

¿También es vecina de campo suya?<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

288

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!