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Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

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complacida y <strong>busca</strong>ba con los ojos a la señora de la casa para darle las<br />

gracias con su mirada por haberse acordado de invitarla. Sin<br />

embargo, iba siguiendo intranquila la música, no tan intranquila<br />

como la vizcondesa de Franquetot, pero con cierta preocupación,<br />

la cual tenía por objeto, no el pianista, sino el piano, porque había en él<br />

una bujía que temblaba a cada fortissimo, amenazando con prender<br />

fuego a la pantalla, o por lo menos con manchar de esperma el<br />

palosanto. Al fin, sin poder contenerse, subió los dos escalones <strong>del</strong><br />

estrado donde estaba el piano y se precipitó a quitar la aran<strong>del</strong>a.<br />

Pero cuando ya la iban a tocar sus manos sonó un último acorde,<br />

se acabó la polonesa y el pianista se levantó. Sin embargo, la atrevida<br />

decisión de aquella joven y la corta promiscuidad que resultó entre ella<br />

y el pianista produjeron una impresión más favorable que otra cosa.<br />

-¿Se ha fijado usted en lo que ha hecho esa joven, princesa? -<br />

dijo el general de Froberville, que había ido a saludar a la princesa de<br />

los Laumes, abandonada un instante por la señora de la casa.<br />

-Es curioso. ¿Será una artista?<br />

-.No, es una de las pequeñas Cambremer –contestó<br />

ligeramente la princesa, y añadió en seguida.: Vamos, eso es lo<br />

que he oído decir, porque yo no tengo idea de quién pueda ser.<br />

Detrás de mí dijeron que eran vecinos de campo de la marquesa<br />

de Saint-Euverte; pero me parece que no los conoce nadie. Deben ser<br />

gente <strong>del</strong> campo. Además, yo no sé si usted está muy enterado de la<br />

brillante sociedad que aquí se congrega, pero yo no conozco ni de<br />

nombre a ninguna de estas gentes tan raras. ¿A qué dedicarán su vida,<br />

fuera de las reuniones de la marquesa de Saint-Euverte? Se<br />

conoce que las ha alquilado, con los músicos, las sillas y los refrescos.<br />

Reconocerá usted que esos invitados de casa de Belloir.<br />

Son espléndidos. Tendrá valor para alquilar esos comparsas todas<br />

las semanas? ¡No es posible!<br />

-Pero Cambremer es un nombre auténtico y muy antiguo -<br />

repuso el general.<br />

-No veo inconveniente en que sea antiguo –respondió<br />

secamente la princesa.; pero, en todo caso, no es eufónico -<br />

.añadió, pronunciando la palabra eufónico como si estuviera entre<br />

comillas, afectación de habla muy peculiar al grupo Guermantes<br />

-Quizá. Es realmente muy bonita; está para comérsela .dijo<br />

el general, que no perdía de vista a la joven Cambremer.<br />

¿No es usted de mi opinión, princesa?<br />

-Me parece que se hace ver mucho, y no sé si eso es siempre<br />

agradable en una mujer tan joven, porque se me figura que no es de<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

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