05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

no se había de escapar. Pero también lo hizo por fuerza de inercia; su<br />

alma tenía esa falta de agilidad que se da en muchos cuerpos, de esas<br />

gentes que para evitar un golpe, para quitarse una llama de encima o<br />

para hacer un movimiento urgente necesitan tomarse <strong>tiempo</strong> y quedarse<br />

un segundo en la posición en que estaban antes <strong>del</strong> acontecimiento,<br />

como para encontrar un punto de apoyo y poder tomar impulso.<br />

E indudablemente si el cochero lo hubiera interrumpido diciéndole<br />

que la señora estaba allí, él habría contestado:<br />

-¡Ah!, sí, el encargo ese que te había dado; pues me extraña.,<br />

para seguir luego hablando de la leña, porque de ese modo ocultaba la<br />

emoción que sentía y se daba a sí mismo <strong>tiempo</strong> para romper con<br />

la inquietud y sonreír a la felicidad.<br />

Pero el cochero le dijo que no la había encontrado en ninguna<br />

parte, y añadió a modo de consejo y, en su calidad de criado antiguo:<br />

-Lo mejor es que el señor se vaya a casa.<br />

Pero la indiferencia que Swann fingía fácilmente cuando<br />

Rémi no podía alterar en nada el tenor de la respuesta que le traía,<br />

decayó ahora al ver cómo intentaba hacerle renunciar a su esperanza y a<br />

su re<strong>busca</strong>.<br />

-No, no es posible .exclamó., tenemos que encontrar a esa<br />

señora, no hay más remedio. Hay un asunto que lo requiere, y si no,<br />

podría ofenderse.<br />

-No sé cómo se va a dar por ofendida -respondió Rémi, porque<br />

ella es la que se ha marchado sin esperar al señor, diciendo que iba a<br />

casa de Prévost, y luego no ha ido.<br />

Ya empezaban a apagar en todas partes. Por debajo de los<br />

árboles <strong>del</strong> bulevar, en una misteriosa oscuridad, erraban los pocos<br />

transeúntes, apenas discernibles. De cuando en cuando, una sombra<br />

femenina se acercaba a Swann, le decía unas palabras al oído, y le<br />

pedía que la acompañara a casa, Swann se estremecía. Iba rozando al<br />

pasar todos aquellos cuerpos oscuros como si por el reino de las<br />

sombras, entre mortuorias fantasmas, fuera <strong>busca</strong>ndo a Eurídice.<br />

De todas las maneras de producirse el amor, y de todos los<br />

agentes de diseminación de ese mal sagrado, uno de los más eficaces es<br />

ese gran torbellino de agitación que nos arrastra en ciertas<br />

ocasiones. La suerte está echada, y el ser que por entonces goza de<br />

nuestra simpatía, se convertirá en el ser amado. Ni siquiera es<br />

menester que nos guste tanto o más que otros. Lo que se necesitaba es<br />

que nuestra inclinación hacia él se transformara en exclusiva. Y esa<br />

condición se realiza cuando .al echarlo de menos. en nosotros sentimos,<br />

no ya el deseo de <strong>busca</strong>r los placeres que su trato nos<br />

proporciona, sino la necesidad ansiosa que tiene por objeto el ser<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

195

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!