05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

No he vuelto a pensar en esta página; pero recuerdo que en<br />

aquel momento, cuando en el rincón <strong>del</strong> pescante donde solía colocar el<br />

cochero <strong>del</strong> doctor un cesto con las aves compradas en el mercado de<br />

Roussainville la acabé de escribir, me sentí tan feliz, tan libre <strong>del</strong> peso<br />

de aquellos campanarios y de lo que ocultaban, que, como si yo fuera<br />

también una gallina y acabara de poner un huevo, me puse a cantar a<br />

grito pelado.<br />

Durante el día, en aquellos paseos no pensaba más que en lo<br />

grato que sería tener amistad con la duquesa de Guermantes,<br />

pescar truchas, pasearme en barca por el Vivonne, y ávido de<br />

felicidad, sólo pedía a la vida en aquellos momentos que se<br />

compusiera de una serie de tardes felices. Pero cuando en el camino de<br />

vuelta veía a la izquierda una alquería bastante separada de otras dos,<br />

que, por el contrario, estaban muy juntas, y desde la cual, para entrar en<br />

Combray, no había más que seguir una alameda de robles que tenía a<br />

un lado prados con sus cercas; plantados a distancias iguales de<br />

manzanos que a la hora <strong>del</strong> poniente ponían por tierra el dibujo japonés<br />

de sus sombras, mi corazón comenzaba de pronto a latir<br />

apresuradamente porque sabía que antes de media hora estaríamos<br />

en casa, y que como era reglamentario, los días que se iba por el lado<br />

de Guermantes y se cenaba más tarde a mí me mandarían a<br />

acostarme en cuanto tomara la sopa, de modo que mi madre, retenida<br />

en el comedor como si hubiera invitados, no subiría a decirme adiós a<br />

mi cuarto. La zona de tristeza en que acababa de penetrar, se distinguía<br />

tan perfectamente de la zona a la que en un momento antes me lanzaba<br />

yo alegremente, como en algunos cielos hay una línea que separa una<br />

banda de color rosa de otra verde o negra. Y vemos a un pájaro volando<br />

por el espacio rosa, que va a llegar a su límite, que lo toca ya, que entra<br />

en la zona negra. Los deseos que hacía un instante me asaltaban de ir a<br />

Guermantes, de viajar y ser feliz, me eran ahora tan ajenos, que su<br />

cumplimiento no me hubiera dado gozo alguno. ¡Con qué gusto hubiera<br />

cambiado todo eso por poder estarme llorando toda la noche en brazos<br />

de mamá! Sentía escalofríos, no apartaba mis angustiadas miradas <strong>del</strong><br />

rostro de mi madre, <strong>del</strong> rostro que aquella noche no aparecería por la<br />

alcoba donde yo me estaba viendo ya con el pensamiento; y<br />

deseaba la muerte. Y aquello duraría hasta la mañana siguiente,<br />

cuando los rayos <strong>del</strong> sol matinal apoyaran sus barras, como el<br />

jardinero, en el muro cubierto de capuchinas que trepaban hasta mi<br />

ventana, y saltara yo de la cama para bajar corriendo al jardín, sin<br />

acordarme ya de que la noche volvería a traer consigo la hora de<br />

separarme de mamá. Y de ese modo, por el lado de Guermantes, he<br />

aprendido a distinguir esos estados que se suceden en mi ánimo,<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

155

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!