05.08.2013 Views

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

Librodot En busca del tiempo perdido I Marcel ... - Biblioteca Virtual

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-Yo no soy enteramente de tu misma opinión; no me acaba de<br />

gustar ese caballero: me parece que le gusta darse tono.<br />

La señora de Verdurin se quedó muy quieta y adoptó una<br />

expresión inerte, como si se hubiera cambiado en estatua, ficción con la<br />

que dio a entender que no había oído aquella frase insoportable de<br />

darse tono, frase que parecía implicar que era posible darse tono. con<br />

ellos, es decir, que había alguien que era más que ellos.<br />

-Pues si no hay nada, no creo que sea porque ese señor se<br />

imagine que ella es una virtud .dijo irónicamente el señor<br />

Verdurin.. Después de todo, ¡quién sabe! Parece que la considera<br />

inteligente. No sé si oíste la otra noche todo lo que le estaba soltando a<br />

propósito de la sonata de Vinteuil; yo quiero a Odette con toda el alma;<br />

pero, vamos, para explicarle teorías de estética, hay que estar un poco<br />

tonto.<br />

-Bueno, bueno; que no se hable mal de Odette -dijo la señora,<br />

echándoselas de niña.. Es simpatiquísima.<br />

-Pero si eso no tiene que ver para que sea simpatiquísima; no<br />

estamos hablando mal de ella: decimos que no es ninguna virtud ni<br />

ningún talento, y nada más. <strong>En</strong> el fondo -dijo al pintor-, ¿qué le importa<br />

a uno que sea o no una virtud? Quizá así no sería tan simpática.<br />

<strong>En</strong> el descansillo de la escalera alcanzó a Swann el<br />

maestresala, que no estaba en casa cuando llegó Swann, y al que<br />

Odette diera encargo .pero ya hacía lo menos una hora. de decir a<br />

Swann que ella iría probablemente a casa de Prévost a tomar<br />

chocolate antes de recogerse. Swann marchó en seguida a casa de<br />

Prévost, pero a cada paso su coche tenía que pararse para dejar<br />

paso a otros carruajes o a los transeúntes, obstáculos odiosos que<br />

Swann no habría respetado a no ser porque luego, si los atropellaba, el<br />

guardia le entretendría más tomando el número. Contaba el <strong>tiempo</strong> que<br />

tardaba, añadiendo unos cuantos segundos a cada minuto para estar<br />

seguro de que no los hacía muy cortos, cosa que le habría podido<br />

inspirar la ilusión de que sus probabilidades para llegar a <strong>tiempo</strong><br />

y encontrar a Odette eran mayores que la que realmente tenía. Y<br />

hubo un momento en que Swann, de pronto, lo mismo que un enfermo<br />

con fiebre que acaba de dormir y se da cuenta de las absurdas pesadillas<br />

que rumiaba sin separarlas claramente de su persona, vio en su interior<br />

los extraños pensamientos que le dominaban desde que le habían dicho<br />

en casa de los Verdurin que Odette ya se había marchado, y sintió lo<br />

nuevo de aquel dolor en el corazón, que sufría ya hacía rato, pero que<br />

tan sólo percibió ahora como si acabara de desesperarse. ¿Y qué?, no<br />

era toda aquella agitación porque no iba a ver a Odette hasta el otro día,<br />

lo que él había deseado hace una hora, cuando se encaminaba ya tan<br />

<strong>Librodot</strong> <strong>En</strong> <strong>busca</strong> <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong> <strong>perdido</strong> I <strong>Marcel</strong> Proust<br />

193

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!