Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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azones, un sentido religioso, como en este capítulo.<br />
Supuesto ese nuevo sentido, lo normal es que la circuncisión<br />
se practicara a los pocos días de nacer el<br />
niño (17,25; 21,4).<br />
Otros textos de la época del destierro insisten en<br />
la «circuncisión del corazón» (Lv 26,41; Dt <strong>10</strong>,16;<br />
30,6; Jr 4,4; 9,25; Ez 44,7), sin la que vale de poco la<br />
circuncisión de la carne.<br />
15-21. Anuncio del nacimiento de Isaac. Cuando<br />
era de esperar que el texto dijera que Abraham,<br />
obedeciendo a Dios, se circuncidó y circuncidó a su<br />
gente (w. 23-27), se intercala la promesa a Abraham<br />
de que Sara tendrá un hijo. El intercalador creyó<br />
necesario puntualizar: según los versículos anteriores,<br />
toda la descendencia de Abraham participaba en<br />
la alianza; Yahvé era el Dios de todos los descendientes<br />
de Abraham que practicaban la circuncisión,<br />
también de los ismaelitas, cuyo antepasado Ismael<br />
fue circuncidado por Abraham (w. 23-27). Pero<br />
había que precisar: aunque las promesas de Dios a<br />
Abraham eran extensibles a Ismael, había algo que<br />
era privativo de la descendencia de Isaac: la alianza.<br />
También a Sara se le cambia el nombre, pero sin<br />
indicar el sentido de la mudanza. Saray es una forma<br />
arcaica de Sara, que probablemente significa<br />
«Princesa»: conviene el nombre a la que iba a ser<br />
madre de reyes de pueblos. La bendición de Dios es<br />
la causa de la fecundidad (1,22.28).<br />
17-18. En 18,12 (J) se reirá Sara ante el anuncio<br />
de que va a tener un hijo; aquí se ríe Abraham (otras<br />
variantes del tema en 21,6a y 6b): es un juego de<br />
palabras con el sentido del nombre de Isaac = «Se<br />
ríe» o «Ríase». Es sorprendente que «Abraham cayó<br />
rostro en tierra y se rió». Si cayó rostro en tierra es<br />
porque creyó que era Dios el que le hablaba. ¿Cómo,<br />
pues, se rió?, ¿es que dudaba de la palabra de Dios?<br />
Por eso algunos traducen «y se regocijó», o suprimen<br />
la palabra. Pero es que entre la fe y la incredulidad<br />
está el término medio de la duda. Él autor Sacerdotal<br />
pone difícil la fe de Abraham, con las edades exageradas<br />
que atribuye a Abraham y a Sara.<br />
La duda de Abraham se expresa a continuación<br />
en palabras: lo único seguro es Ismael. Le pide a<br />
Dios que le conserve la vida.<br />
19-21. Con esa intervención de Abraham ha llevado<br />
el autor hábilmente la cuestión a donde le interesa:<br />
la diferencia entre Ismael a Isaac, y entre las<br />
descendencias de ambos. No hay inconveniente en<br />
que Ismael sea bendito de Yahvé, y sea fecundo, y<br />
padre de un gran pueblo, y engendre doce príncipes<br />
(no dice «reyes»), pero la alianza regirá sólo para<br />
Isaac y su descendencia.<br />
23-27. Abraham ejecuta la orden de circuncidar<br />
a toda su familia. Esta perícopa seguiría inmediatamente<br />
a w. 1-15, pero se intercaló lo concerniente a<br />
Sara e Isaac. Da la impresión de que primitivamente<br />
todo terminaba con el v. 23: Abraham circuncidó<br />
a Ismael y a todos los demás varones de su casa. Pero<br />
no se decía que Abraham se había circuncidado a sí<br />
mismo; por eso se añaden los w. 24-27: aquel mismo<br />
día, cuando Abraham tenía 99 años y su hijo 13,<br />
Abraham se circuncidó a sí mismo y circuncidó a<br />
Ismael y a todos los varones de la casa.<br />
Sentido. Prescindamos por un momento de los w.<br />
15-22. Dios hace con Abraham y con toda su estirpe,<br />
incluido Ismael, una alianza, que consiste en la promesa<br />
de larga descendencia y de ser su Dios (la promesa<br />
de la tierra de Canaán es extraña en este contexto),<br />
y le exige la observancia de la circuncisión.<br />
Abraham ejecuta puntualmente la prescripción.<br />
Esta idea es perfectamente comprensible. El<br />
autor da mucha importancia a la circuncisión como<br />
distintivo de Israel en el destierro y en la diáspora.<br />
Pero sabe que también los ismaelitas se circuncidan.<br />
Él, que es cuidadoso de la cronología, sitúa la ley de<br />
la circuncisión en el momento oportuno. Pero<br />
¿cómo puede extender la alianza también a los<br />
ismaelitas? Porque, según P, la alianza del Sinaí fue<br />
precedida de otras alianzas más generales. Una, que<br />
abarca a toda la humanidad, es la que Dios estableció<br />
después del diluvio, que tiene por signo el arco<br />
iris y por obligación el precepto de la sangre (9,1-17<br />
P). Sabe P que tanto este precepto como la circuncisión<br />
son comunes a Israel con otros pueblos; pero no<br />
por eso son menos distintivos de Israel allí donde<br />
concretamente tienen que convivir en el destierro.<br />
No había, pues, ningún inconveniente en que las<br />
promesas a Abraham, incluida la de aquella alianza,<br />
se extendieran a Ismael.<br />
PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 113