Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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Ú<br />
ni los cabritos eran negros del todo ni los corderos<br />
enteramente blancos. Por consiguiente, todos eran<br />
para Jacob. Entonces Jacob los apartaba del resto<br />
del rebaño, para ir formando el suyo propio (37-40).<br />
Es imposible no ver una fricción entre dos propuestas<br />
de Jacob: la primera (v. 32) se refiere a los<br />
animales que en ese momento reúnen las condiciones:<br />
las cabras con pintas blancas y las ovejas negras.<br />
Se trataría del ganado que Jacob se llevaría inmediatamente,<br />
en su vuelta a Canaán. La segunda se<br />
refiere a un futuro indeterminado y no al ganado<br />
actual, sino al que tenga Labán en el momento de la<br />
marcha (v. 33). En la fórmula primera, Jacob no<br />
podía permitir que Labán se llevara precisamente el<br />
ganado que era de Jacob, con el que tenía que marchar<br />
a su tierra (v. 35). En la segunda fórmula, la<br />
acción de Labán era una treta demasiado evidente<br />
para que no la advirtiera Jacob. Éste la admite porque<br />
él tiene preparada una treta mejor. El entreverado<br />
de las dos versiones sólo se explica por un proceso<br />
de composición literaria.<br />
41-42. Estos versículos añaden una atenuación a<br />
la estratagema de Jacob, quizás por obra de una<br />
mano posterior. La treta de Jacob era demasiado<br />
drástica. En lugar de aplicarla Jacob a todo el rebaño,<br />
con lo que habría terminado por quedarse Jacob<br />
con todas las crías, la aplica sólo al ganado más<br />
robusto: cuando se apareaba éste, les ponía delante<br />
las varas; cuando era débil, no se las ponía.<br />
Fuga de Jacob. Labán le da alcance.<br />
Tratado (Gn 31)<br />
No hay que decir cuánto se enriqueció Jacob con<br />
esta traza. Suena extraño que se diga que «él hombre<br />
se enriqueció», cuando se trata de Jacob. Como<br />
el «mucho mucho» abunda en P, y la enumeración<br />
de la riqueza adopta una fórmula hecha que no cuadra<br />
con la narración anterior (Jacob con su treta<br />
hubo de hacerse con un gran rebaño de ovejas y<br />
cabras, pero no con siervos, camellos y asnos), parece<br />
que el v. 43 se debe a un redactor posterior.<br />
Sentido. El relato interesa en el conjunto del<br />
Génesis ya por el simple hecho de que es un episodio<br />
de la vida de Jacob. Muestra cómo el Dios que<br />
ha cumplido la promesa de que Abraham y su descendencia<br />
sean causa de bendición para los demás<br />
(en este caso Labán), cumple también la de estar con<br />
Jacob en todo su camino. Pero en uno y otro caso es<br />
el mismo Jacob el instrumento de Dios. Gracias a su<br />
trabajo Yahvé ha bendecido a Labán. Yahvé está con<br />
él haciéndole poner en juego todo su esfuerzo y su<br />
astucia. Frente a un hombre como Labán, que en el<br />
pasado no ha hecho más que engañar a Jacob y<br />
aprovecharse de él, y que piensa lo mismo para el<br />
futuro, está justificado que Jacob ponga en juego<br />
toda su inteligencia para no volver de Mesopotamia<br />
con las manos vacías. Yahvé, el Dios de Jacob, está<br />
una vez más con el débil, del que abusa el poderoso.<br />
Israel, un pueblo pequeño y oprimido, tiene en su<br />
padre Jacob un buen modelo.<br />
"O "1 Oyó (Jacob) lo que decían los hijos de Labán: «Jacob se na apoderado de<br />
^J JL todo lo que tenía nuestro padre, y con lo de nuestro padre ba bec ko toda esa<br />
rortuna».<br />
2<br />
Y miró Jacob el rostro de Labán y vio que ya no era para con él como ayer y<br />
anteayer.<br />
3<br />
Y dijo Yahvé a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres y a tu patria, y yo esta<br />
ré contigo».<br />
PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 191