Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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miado por el tiempo; su opositor, sí. Por eso Jacob<br />
se puede aprovechar y ponerle una condición: que le<br />
bendiga.<br />
¿Qué sentido tiene esta bendición? Algunos<br />
entienden que no es una bendición en el sentido normal<br />
de la palabra, ya que en ninguna otra parte del<br />
Antiguo Testamento se obtiene una bendición con<br />
una lucha. La interpretan como el traspaso de una<br />
parte de su fuerza sobrehumana. Pero no consta que<br />
la raíz hebrea brk pueda significar «traspaso de fuerza».<br />
La bendición ha de ser, aquí como en cualquier<br />
otra parte, un feliz augurio de futuro que, cuando es<br />
pronunciada por un ser superior, como es un padre<br />
o un dios, es absolutamente eficaz. La petición o exigencia<br />
de bendición supone que Jacob reconoce, en<br />
aquel con quien lucha, una condición superior. Más<br />
adelante la narración entenderá que aquel ser misterioso<br />
era el mismo Dios. Jacob hizo bien en exigirle<br />
la bendición, cuando todavía no conocía la condición<br />
de su oponente pero la sospechaba.<br />
28-30. Tampoco son fáciles estos versículos. Entre<br />
la petición de bendición y su concesión en el v.<br />
30b se interpone: a) El adversario pregunta a Jacob<br />
por su nombre. Éste se lo da. El adversario se lo<br />
cambia, e interpreta el cambio relacionándolo con la<br />
lucha mantenida, b) Jacob a su vez le pregunta a su<br />
adversario por el nombre. Éste rehusa manifestárselo.<br />
Y le bendice.<br />
Estas dos peticiones de nombre parecen una<br />
interrupción, cuando lo que se espera es que el misterioso<br />
agresor acceda a bendecir a Jacob y pueda<br />
retirarse. Todo se puede explicar por las distintas<br />
manos que han intervenido en este pasaje.<br />
El nombre de «Jacob» es cambiado por el de<br />
«Israel». La explicación del cambio es una gran alabanza<br />
para Jacob. El nombre de «Israel» se hace<br />
derivar del verbo sarah y del nombre de Dios 'El. El<br />
verbo sólo ocurre aquí y en Os 12,4.5, donde se alude<br />
a este episodio de lucha de Jacob con Dios. Probablemente<br />
significa «fue fuerte». Su sentido etimológico<br />
parece ser «Dios es fuerte» o «Sea Dios fuerte».<br />
Aquí se interpreta «Porque has sido fuerte [o has<br />
peleado] con Dios [o: con los dioses] y con los hombres,<br />
y has vencido». Ser fuerte con dioses y hombres<br />
202 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
puede entenderse como una afirmación de totalidad:<br />
no hay quien se le resista: no sólo los hombres, ni los<br />
dioses pueden con él. Esta interpretación del nombre<br />
de Israel está avalada como antigua por la alusión<br />
ya citada del profeta Oseas.<br />
(También se hablará del cambio de nombre de<br />
Jacob por Israel en un texto P: 35,<strong>10</strong> [P]; allí no se<br />
da ninguna explicación).<br />
30. Parece ser que la acción de aquel ser desconocido<br />
sobre la articulación de Jacob por un lado, y<br />
el tenerle Jacob fuertemente sujeto al hombre por<br />
otro, determinan una suspensión de la lucha, en la<br />
que es posible el diálogo. Jacob le pregunta al otro<br />
por su nombre. En el texto actual, si Jacob le ha revelado<br />
su nombre al atacante, tiene derecho a saber<br />
también el nombre del atacante. Pero es posible que<br />
en la narración primitiva se supusiera la idea animística<br />
de que, si uno conoce el nombre de un espíritu,<br />
lo puede nombrar y nombrándolo dominarlo.<br />
Por eso el desconocido no dice su nombre, porque<br />
sería peligroso para él. Su respuesta es la misma que<br />
la del «Ángel de Yahvé» al padre de Gedeón: «¿Por<br />
qué me preguntas por el nombre?». Allí añade: «Es<br />
misterioso» (Jue 13,18).<br />
El desconocido accede a la primera exigencia de<br />
Jacob: «Y lo bendijo allí», en el mismo lugar donde<br />
habían peleado a vida o muerte. Ahora tenía que<br />
decir que Jacob lo soltó y él se fue. Pero ese final ha<br />
desaparecido en alguno de los avatares del texto; el<br />
lector se lo puede suponer.<br />
31. Una buena terminación de un relato importante<br />
es relacionarlo con la etimología del lugar: así<br />
se recordará cada vez que se repita el nombre de<br />
éste. El lugar se llamaba Penuel o Peniel, que sonaba<br />
algo así como «Faz de Dios». Jacob, que ya había sospechado<br />
que aquel desconocido era algún ser superior<br />
cuando le pidió la bendición, y él se la concedió,<br />
reflexionando sobre todo el suceso, concluye que era<br />
el mismo Dios. Por eso llamó al lugar Peniel, porque<br />
dijo: «He visto a Dios cara a cara» (panim 'el panim)<br />
y he quedado con vida».<br />
Es obvio pensar que esta explicación no cabía en<br />
la narración primitiva preisraelita. Esa reacción ante