Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Sentido. Los conflictos entre hermanos se pueden
resolver, o por la guerra, sobre todo cuando son
grandes los intereses que hay de por medio, o por el
reconocimiento humilde del ofensor y el olvido
generoso de la ofensa por parte del ofendido.
Pero el mejor modo de arreglar problemas entre
hermanos no es siempre el de la convivencia. A veces
es mejor que cada uno siga su camino.
Para el narrador Yahvista, el hermano que se
gana las simpatías del lector es, aquí como en el cap.
27, Esaú. Su mensaje a los israelitas era que la bondad
y la maldad en el mundo está muy repartida: que
no se puede pensar que nosotros, los israelitas,
somos los buenos; y los demás, los malos. Nuestro
padre, en este caso como en otros, fue un trapacero.
Toda la historia de Jacob fue un don gratuito de
Dios: «los hijos con los que Dios ha regalado a su siervo»,
«porque Dios me ha mostrado su gracia». La consideración
de esa gracia de Dios, que supone el olvi­
Rapto de Dina y vengfanssa
de sus hermanos (Gn 34)
do del pecado, es la que crea el clima para una posible
convivencia entre hermanos, en la que ha de prevalecer
la gracia sobre la estricta justicia.
En el v. 20 se resume la lucha de religiones tras
la sedentarización en Canaán. El culto cananeo al
dios El entra en el culto de Israel; pero no como un
dios más en el panteón, sino como el único Dios, el
Dios de Israel.
No se nos dice por qué Jacob no quiso irse a Seír
con su hermano: si porque le seguía temiendo, o porque
en Canaán tenía los recuerdos de su infancia y
juventud, y le gustaba más aquella tierra y la vida
que en ella se hacía, o porque se sentía el heredero
de las promesas y sabía que Dios le había prometido
la tierra de Canaán. Para el narrador y para el lector
ésta es la verdadera razón: si Jacob hubiera ido
a vivir a Edom, o Esaú se hubiera quedado en
Canaán, se habrían desbaratado los planes de Dios,
y Dios habría tenido que intervenir, como en otras
ocasiones, para poner de nuevo las cosas en orden.
'O A Salió Dina, la hija que Lía hacía dado a Jacob, a ver a las mujeres del
v_/ _U país. Y la vio Siquem, hijo de Jamor el jivita, príncipe de aquella tierra, y
se la llevó, y se acostó con ella y la humilló. Y se apegó su alma a Dina, la hija de
Tacoh, se enamoró de la muchacha y hahló al corazón de la muchacha.
Siquem dijo a su padre Jamor: «Tómame a esa chica para mujer».
Tacoh se enteró de que (Siquem) hahía violado a su hija Dina, pero sus hijos estañan
con el ganado en el campo, y Tacón guardó silencio hasta que ellos lie garan.
Jamor, padre de Siquem, salió a donde Jacob para hahlar con él.
Los hijos de Jacon volvieron del campo en cuanto se enteraron, y se indignaron
los hombres y se encolerizaron mucho, porque [Siquem] hahía cometido una
abominación en Israel acostándose con la hija de Jacob; y eso no se hace.
Jamor habló con ellos diciendo: «Mi hijo Siquem se ha prendado de vuestra hija:
dádsela, por iavor, como mujer. Emparentad con nosotros: vuestras hijas emparenten
con nosotros, y tomad nuestras hijas para vosotros. Quedaos con nosotros: la
tierra estará a vuestra disposición. Quedaos, circulad libremente y adquirid propiedades».
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