Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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8-12. Lo que se dice de Judá es un poema complejo,<br />
que comprende dos coplas tribales propiamente<br />
dichas, independientes entre sí (w. 8-9), y una<br />
promesa de futuro (w. <strong>10</strong>-12).<br />
La primera copla se funda en la explicación del<br />
nombre de «Yehudah», que se hace derivar de una<br />
raíz que significa «alabar»: «Te alabarán tus hermanos»<br />
2 . ¿Por qué? Porque «tu mano en la cerviz de tus<br />
enemigos»: Judá es de proverbial valor: los enemigos<br />
huyen ante él, pero él les echa mano. Quizás esto se<br />
manifestó en alguna acción guerrera, del estilo de las<br />
que se cuentan de esa tribu en Jue 1,1-19. Por ello,<br />
«se postrarán ante ti los hijos de tu padre»: reconocerán<br />
tu natural caudillaje.<br />
En la segunda copla es un león joven, que vuelve<br />
donde sus padres tras haber hecho presa, o como<br />
un león o una leona adultos, que se acuestan y nadie<br />
osa levantarlos. Es el animal más fuerte, más valiente<br />
y más temido. Las hazañas pasadas hacen que<br />
Judá pueda dormir tranquilo: nadie se atreve a<br />
molestar su sueño. Con la misma imagen se describe<br />
a Israel en los oráculos de Balaam (Nm 24,9).<br />
<strong>10</strong>. Las alabanzas a Judá siguen ahora en forma<br />
de promesa, o de anuncio, con algunas fórmulas<br />
similares a las de los oráculos de Balaam. «No se<br />
apartará el cetro de Judá, ni el bastón de mando de<br />
entre tus piernas, hasta que venga aquel a quien pertenece<br />
y a él le obedezcan los pueblos». Nuestra traducción<br />
«aquel a quien pertenece» es muy discutible;<br />
pero lo mismo ocurre con cualquiera otra. Parece<br />
que se distinguen dos tiempos: a) un primero en que<br />
Judá ejerce ya un dominio, significado en el cetro y<br />
el bastón de mando; b) un segundo en el que llega<br />
alguien cuyo dominio no se extiende sólo a sus hermanos,<br />
sino que le obedecen los pueblos. Según<br />
algunos, el primer tiempo es el de un cierto predominio<br />
de Judá sobre las tribus (del cual no nos<br />
consta históricamente) antes de la época estatal, y<br />
el segundo comienza con la monarquía de David.<br />
Otros creen que el primer tiempo comienza cuando<br />
Judá con David asume el cetro de Israel, cetro que<br />
mantendrá hasta que llegue el segundo tiempo: el del<br />
2 También en 29,35 se relaciona «Judá» con el verbo «alabar»,<br />
pero allí es la madre la que alaba a Yahvé por el hijo que le ha<br />
dado.<br />
300 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
gran descendiente de David, el Mesías. Ésa parece<br />
ser la interpretación del redactor que insertó en el v.<br />
1 aquellas palabras: «os anunciaré lo que os acontecerá<br />
en los últimos días».<br />
11-12. «Él ata a la vid su borriquillo y ala cepa el<br />
pollino de su asna; lava en vino su vestido, y su manto<br />
en sangre de racimos. Sus ojos brillan por el vino,<br />
y sus dientes blanquean por la leche». Dejando otra<br />
vez la idea de la realeza, se describe a Judá como un<br />
labriego que va a su viña montado en su borrico, y<br />
en la vendimia se empapa de vino por dentro y por<br />
fuera: los ojos le brillan por el vino y le hermosean<br />
el rostro, en el que destacan por su blancura los dientes,<br />
blancos como la leche, porque los blanquea en<br />
la leche de sus ovejas: es labriego y viñador, pero<br />
también pastor. Es una descripción ideal del género<br />
de vida de la tribu de Judá.<br />
13. La copla sobre Zabulón es especialmente<br />
difícil por lo inseguro de su texto y de su interpretación,<br />
porque el territorio tribal que se describe no<br />
coincide con el que en otros lugares se asigna a esta<br />
tribu, y porque no se ve qué cualidad o acción de<br />
Zabulón se quiere reflejar, y si es motivo de alabanza<br />
o vituperio. En Jos 19,<strong>10</strong>-16 la tribu de Zabulón<br />
limitaba por el este con Aser, lo que impedía que<br />
Zabulón llegara hasta el Mediterráneo. Pero aquí se<br />
dice que «habita en la ribera del mar», que no puede<br />
ser otro que el Mediterráneo, «y va a bordo en los barcos,<br />
y su espalda está encima de Sidón» («Sidón» puede<br />
designar toda la costa fenicia). Pero los límites de<br />
aquellas tribus norteñas nunca debieron de estar<br />
bien definidos.<br />
¿Serán simples datos geográficos? No parece eso<br />
lo propio de ninguna copla tribal: algo se tiene que<br />
alabar o reprochar. En el cántico de Débora se<br />
reprende a Dan por no haber acudido a la guerra<br />
quedándose en naves extranjeras y a los de Aser por<br />
haber seguido tranquilos en los puertos fenicios, sin<br />
duda trabajando como obreros portuarios o como<br />
marinos (Jue 5,17). Es, pues, una acusación contra<br />
Zabulón: él se gana su vida al margen de los problemas<br />
de Israel.<br />
14-15. Isacar es un burro fuerte, que ha encontrado<br />
un lugar tranquilo donde tumbarse. Pero no es