Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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caso su propia sangre será justamente derramada<br />
por otro hombre.<br />
Supuestos esos límites, Dios reitera su bendición<br />
al hombre, para que sea fecundo y domine la tierra.<br />
8-17. La alianza con la humanidad. El texto se<br />
divide en dos partes: alianza (8-11), signo de la alianza<br />
(12-17).<br />
El término berit, «alianza» se repite hasta siete<br />
veces en este pasaje. Pero aquí berit tiene un sentido<br />
muy especial. El autor P estructura todo su escrito<br />
como una sucesión de alianzas, de entre las cuales<br />
ésta es la primera. Le sigue la de Abraham (cap. 17);<br />
luego la del Sinaí con Israel. Pero no son las tres de<br />
la misma naturaleza.<br />
En la de Gn 17, que abarca a los israelitas y a<br />
otros descendientes de Abraham, sobre todo a los<br />
ismaelitas, Dios se autocompromete con Abraham y<br />
compromete de alguna manera a Abraham con Dios:<br />
la circuncisión, señal de la alianza, es también un<br />
pequeño compromiso. En la del Sinaí, la señal principal<br />
es el sábado (Éx 31,12-17 P); Dios se obliga con<br />
el pueblo, pero el pueblo se obliga a la observancia<br />
de toda la Ley del Sinaí. En nuestro capítulo, aunque<br />
los w. 12-17 hablan de una alianza entre Dios y vosotros<br />
(o «toda alma viviente»), el único que se compromete<br />
es Dios, y no compromete en nada al hombre.<br />
Hasta el punto de que entre los beneficiarios de<br />
esta alianza son mencionados la tierra y los animales.<br />
De la misma forma que este narrador P, que usa<br />
la palabra toledot con toda propiedad para la<br />
genealogía de Adán, de Noé, etc., no duda en aplicarla,<br />
en otro sentido, a los orígenes de los cielos y<br />
la tierra (2,4a), así también aquí recurre al término<br />
berit, aunque sin el sentido propio que tiene en los<br />
demás pasajes. Aquí berit es sólo una disposición<br />
divina gratuita, la cual establece, en beneficio de la<br />
tierra, de todos los animales salidos del arca, y sobre<br />
todo del hombre, unas leyes, en este caso físicas,<br />
según las cuales podrá vivir en seguridad. No se<br />
requiere ninguna aceptación ni ninguna contraprestación<br />
por parte del hombre.<br />
Si los w. 9-<strong>10</strong> detallaban con quiénes hacía Dios<br />
alianza, el v. 11 expone en qué consiste la alianza con<br />
los vivientes y con la tierra: Nunca más un diluvio<br />
aniquilará la vida, ni destruirá la tierra. La historia<br />
7 2 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
de la naturaleza y de la humanidad tiene como base<br />
un incondicionado «sí» de Dios a su creación, un<br />
«sí» de Dios a todo lo vivo, que no puede ser sacudido<br />
ni por ninguna catástrofe en el curso de la historia,<br />
ni por los fallos y pecados de la humanidad. La<br />
inconmovible estabilidad de la naturaleza es una<br />
gracia constante de Dios.<br />
12-17. La señal de la alianza. Algunas de las<br />
repeticiones en estos versículos pueden ser dobletes,<br />
o variaciones intencionadas para subrayar algo que<br />
se considera importante y la razón de ser de toda la<br />
narración del diluvio: la alianza con la humanidad, y<br />
su señal: el arco iris. El arco iris es interpretado por<br />
P como signo de la alianza. Si fuera un texto J, diríamos<br />
que es una etiología del arco iris. Tratándose del<br />
narrador P hemos de pensar que la frecuente secuencia<br />
lluvia arco iris, cuya causa física se desconocía, es<br />
interpretada como señal de Dios de que va a cesar de<br />
llover y de que Dios quiere seguir haciendo posible la<br />
vida del hombre en la tierra. Como en esta alianza se<br />
auto obliga solamente Dios, sólo él deberá acordarse<br />
de la alianza cuando vea el arco iris, y dejará de llover,<br />
para que no se produzca otro diluvio. Y, aunque<br />
no se diga, el hombre, que conoce el compromiso a<br />
que Dios se ha obligado, cuando vea el arco iris, recobrará<br />
la seguridad, acaso perturbada por una lluvia<br />
torrencial y pertinaz. El arco iris al final de una tormenta<br />
era muy a propósito para que P lo tomara<br />
como signo de la alianza.<br />
«Cuando yo anuble de nubes la tierra» ". No nos<br />
debe llamar ia atención ni que se atribuya directamente<br />
a Dios un nublado, ni que se suponga que<br />
Dios necesita de nada para acordarse de su alianza.<br />
Son maneras de hablar muy populares, que acaso P<br />
encontró en un relato más primitivo 12 .<br />
"Los w. 14-15 se pueden traducir de dos maneras: «Cuando<br />
yo anuble..., se verá el arco... y me acordaré»; o bien: «Cuando yo<br />
anuble... y se vea el arco..., me acordaré...». Es la única vez en el<br />
Antiguo Testamento en que se usa un verbo derivado del sustantivo<br />
hebreo que significa «nube».<br />
12 «Alianza eterna» es una expresión típica de P: Gn<br />
17,7.13.19; Éx 31,16; Lv 24,8; Nm 18,19; 25,13. El uso de las preposiciones<br />
al hablar de la alianza parece recomendar dos manos<br />
distintas: en los w. 9-11 se usa siempre la preposición «con»; en<br />
12-17 insistentemente la preposición «entre», que es menos indicada<br />
en este caso, ya que el hombre no asume ninguna obligación.