Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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Los narradores bíblicos apenas disponían de<br />
datos acerca de la historia de la humanidad en los<br />
tiempos primitivos. Pero había una tradición<br />
ampliamente difundida, al menos en toda el área del<br />
Oriente Medio, con la que había que contar. Corrían<br />
de ella diversas versiones, que coincidían en lo<br />
fundamental: un diluvio había anegado toda la tierra<br />
y había perecido toda la humanidad, pero se<br />
había salvado un hombre. Los narradores politeístas<br />
tenían a su disposición mil posibilidades de explicar<br />
aquellos acontecimientos, recurriendo a las voluntades<br />
encontradas de unos y otros dioses; los bíblicos<br />
tenían que discurrir cómo aquel que se les presentaba<br />
como un hecho indudable del remoto pasado<br />
podía encajar en el marco de la historia de salvación,<br />
sin conmover su idea del único Dios.<br />
Ese intento lo acometieron los dos narradores<br />
con los que nos hemos encontrado ya: primero el<br />
Yahvista (J) y luego el Sacerdotal (P). Hasta ahora,<br />
hemos visto cómo el Redactor final del Pentateuco<br />
compuso su libro tomando alternativamente pasajes<br />
de J y de P. Así el cap. 1 era de P, los caps. 2 al 4 eran<br />
de J, el 5 de P, 6,1-4 de J. Pero, al ir a contar el diluvio,<br />
se encontró con dos narraciones, de J y P, que<br />
venían a narrar lo mismo, pero cada una a su modo<br />
y con variantes que en algunos casos le parecieron<br />
interesantes, como para no renunciar a ninguna de<br />
ellas. Optó, pues, por tomar como base la narración<br />
P, incrustando en ella las partes del relato J que le<br />
parecieron valiosas. Así nosotros ahora encontramos<br />
las dos narraciones entrecruzadas. Gracias a que el<br />
Redactor no se esforzó en disimular los empalmes,<br />
podemos todavía distinguirlas'.<br />
Aunque narraciones de diluvios se encuentran en<br />
casi todas las culturas primitivas, las que ofrecen los<br />
más claros paralelos con las narraciones bíblicas son<br />
las de la literatura babilónica, tanto en acádico como<br />
en sumerio. El relato más clásico, muy cercano a los<br />
relatos bíblicos, es el de la Tabla XI del Poema de<br />
Gilgamesh.<br />
Entre las narraciones babilónicas y las bíblicas<br />
hay evidentes coincidencias: Un diluvio, en el que<br />
1 Yahvista: 6,5-8; 7,l-5*.7-<strong>10</strong>*.12.16b.l7b.22-23; 8,2b.3a.6-<br />
12.13b.20-22. Sacerdotal: 6,9-22; 7,6.11.13-16a.l7a.l8-21.24; 8,1-<br />
2a.3b-5.13a.l4-19; 9,1-17.<br />
uno solo se salva; Dios, o uno de los dioses, anuncia<br />
al héroe la catástrofe para que se ponga a salvo y le<br />
ordena construir un barco/arca; se introducen los<br />
animales; mueren todos los vivientes; se detiene el<br />
barco o el arca en un monte 2 ; se sueltan cuervos y<br />
palomas; el sacrificio es de suave olor para Dios o<br />
para los dioses; el héroe recibe la bendición de los<br />
dioses o de Dios.<br />
También hay grandes diferencias. Literariamente,<br />
en el poema de Gilgamesh lo del diluvio forma<br />
parte de una gran epopeya; en el Génesis es una<br />
narración suelta; Gn 7-9 está escrito en prosa, mientras<br />
que Gilgamesh tiene toda la grandeza de la poesía<br />
épica; Gilgamesh es literatura más culta, el Génesis<br />
más popular. Religiosamente, la Biblia da una<br />
versión monoteísta, Gilgamesh politeísta: en Gilgamesh<br />
la ruina de la humanidad ocurre por decisión<br />
de los dioses, la salvación de un hombre por traición<br />
del dios Ea a los demás; en el Génesis todo parte del<br />
único Dios, tanto la decisión de castigar a todos<br />
como la de salvar a uno. En Gilgamesh no se aduce<br />
ningún motivo razonable para el diluvio: «Hacer un<br />
diluvio enardecía el corazón de los grandes dioses».<br />
Los dioses decretan el diluvio por capricho y a la<br />
ligera, sin pensar en las consecuencias; luego se arrepienten<br />
y se echan en cara unos a otros la decisión.<br />
En cambio en el Génesis la humanidad perece por su<br />
corrupción y Noé se salva por su justicia. Pero quizás<br />
no debemos insistir en este punto ya que, en un<br />
fragmento sumerio, el héroe se salva por su piedad.<br />
En el mismo poema de Gilgamesh parece que la actitud<br />
de Ea se debe a que considera improcedente un<br />
castigo indiscriminado. Los dioses tiemblan ante el<br />
diluvio, como perros; y acuden como moscas al olor<br />
del sacrificio.<br />
Es evidente que los relatos bíblicos del diluvio<br />
conocían alguna o varias de las versiones babilónicas,<br />
que son anteriores. Pero la historia tradicional<br />
hubo de ser sometida a una severa decantación yahvística,<br />
en parte ya en la misma tradición oral israelita,<br />
en parte de la mano de los escritores J y P.<br />
2 Ararat probablemente se situaba en la actual Armenia, en<br />
asirio Urartu, región bañada por el río Araxes; o un poco más al<br />
norte, en el Cáucaso. Ver 2 Re 19,37 = Is 37,38 = Tob 1,21.<br />
PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 6 1