Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

por el padre; quizás también porque conoce el secreto
del destino de Yahvé. Quizás porque sí, como se
ama a un hijo más que a otro sin saber por qué.
Si no estuviera en contra el anuncio de Yahvé,
era de prever el triunfo de Esaú: por su primogenitura,
por el aprecio del padre, por su agresividad.
Pero Yahvé no tendrá que recurrir a ninguna inter­
Cuando [Anu] oyó el lamento de ellos, que llamaban
a la gran Aruru [la madre divina, creadora del hombre]:
«Tú, Aruru, creaste [a Guilgamesh, o: al hombre], crea
ahora un doble de él, que empareje con su corazón atormentado,
que puedan rivalizar entre sí, y Uruk pueda
tener paz».
Cuando Aruru oyó esto, concibió en su seno un doble
de Anu.
Aruru lavó sus manos, pellizcó (un poco de) arcilla y
lo echó a la estepa. En la estepa creó al héroe.
Enkidu, creó a un héroe, un vastago..., esencia [o ejército]
de Ninurta [Dios de la guerra y del sol]. Cubierto de
pelo está todo su cuerpo. Lleva pelo en su cabeza como
una mujer. Los mechones de su cabellera crecen como
Nisaba [Dios del grano]. No conoce ni gente ni país. Está
vestido con vestidura como Sumuqan [Dios del ganado].
Con las gacelas come yerba, con las bestias salvajes empuja
en los abrevaderos. Con las innumerables criaturas se
deleita en el agua su corazón.
ENKIDU EN EL POEMA
DE GILGAMESH
vención milagrosa para llevar adelante su plan: tiene
dos buenos aliados en Rebeca y en el mismo
Jacob. Éste aprovechará la primera ocasión para
comprar a su hermano, a bajo precio, la primogenitura.
La madre hará triunfar a su pequeño engañando
a Isaac con aquello que hacía de Esaú el preferido:
la piel hirsuta y la caza. Estamos preparados
para leer el pasaje siguiente y el cap. 27.
Con un cazador, con un trampero se encontró delante
de los abrevaderos. Un día, un segundo día, un tercero,
se encontró con él delante de los abrevaderos. Cuando lo
vio el cazador, se perturbó su rostro. Él y su ganado volvieron
a su casa... [El cazador se lo cuenta a su padre. Y
luego a Guilgamesh]:
Un solo hombre que ha venido de la montaña, es
poderoso por su fuerza en el país. Como un ejército de
Anu son poderosas sus fuerzas. Va de acá para allá constante
en la montaña, come él constantemente trigo con el
ganado, constantemente pone sus pies ante los abrevaderos.
Le tengo miedo, no me acerco a él. Ha llenado él la
fosa que yo he excavado, ha arrancado todas mis trampas,
que yo había colocado. Él ha hecho escapar de mis manos
el ganado, la multitud del campo. No me permitió practicar
la caza.
(Del poema de Guilgamesh, tableta I).
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