09.05.2013 Views

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

22-23. Es P el que enumera los hijos de Sem: Elam es<br />

la gran nación de ese nombre, al este de Mesopotamia.<br />

Asur es Asiria. Arpaksad es desconocido; puede ser Babilonia,<br />

que no debería faltar en esta lista. Lud no puede ser<br />

la Lidia de Asia Menor, que queda demasiado lejos de las<br />

otras regiones del grupo; no podemos decir más. Aram es<br />

un grupo de pueblos muy extendido en Siria y Mesopotamia.<br />

El arameo, lengua semítica como el hebreo, se convirtió,<br />

a raíz del destierro de Babilonia, en la lengua vulgar<br />

del pueblo judío. En cuanto a los nombres de los hijos<br />

de Aram, mejor es renunciar a toda identiñcación.<br />

24-29. El redactor final recoge una noticia de J<br />

sobre los descendientes de ese desconocido Arpaksad<br />

(que en la genealogía de 11,<strong>10</strong>-26 es el único hijo<br />

de Sem que interesa, porque él es el antepasado de<br />

Abraham): Éste engendró a Sélaj, Sélaj a Heber,<br />

Heber a Péleg y a Yoqtán, Yoqtán a trece hijos: son<br />

tantos que el autor cree necesario reafirmar que<br />

«todos éstos son hijos de Yoqtán». Todos son nombres<br />

de persona, por lo que es inútil cualquier intento de<br />

identificarlos con pueblos o lugares conocidos. Se<br />

suele hacer una excepción con Heber, al que algunos<br />

quieren identificar con los jabirú, o con los «hebreos»,<br />

nombre con que los otros pueblos designaban<br />

a los israelitas. En todo caso, así lo debió de<br />

entender el autor de una de las añadiduras del v. 21:<br />

«padre de todos los hijos de Heber».<br />

A propósito de Péleg, J muestra su afición a las<br />

etimologías: Péleg fue llamado así porque «en sus días se<br />

dividió (niptgáh) la tierra», es decir, se repartió la tierra<br />

entre los hombres.<br />

Yoqtán no es mencionado en la genealogía P de Sem,<br />

en 11,<strong>10</strong>-17. Parece ser el Yoqshán que figura en 25,2-3<br />

como hijo de Abraham y Queturá: tanto allí como aquí es<br />

padre de tribus arábigas; la localización de cada tribu dentro<br />

del área es casi siempre incierta. Jazarmauet corresponde<br />

a Hadramaut, en el Yemen. Sebá puede equivaler a<br />

toda Arabia, pero se sitúa con probabilidad al sur de esa<br />

península. Ofir y Havilá son países famosos como tierras<br />

del oro: se pueden situar a cualquiera de las orillas del Mar<br />

Rojo. Mejor es renunciar a la identificación del resto de los<br />

nombres.<br />

30. «Sus lugares de residencia fueron desde Mesa<br />

llegando a Sefar en la Montaña oriental». Ninguno de<br />

los tres nombres de lugar nos es conocido.<br />

31-32. Con estos dos versículos vuelve el Redactor<br />

final al resumen de P: «Éstos son los hijos de<br />

Sem...». Lo mismo que en los w. 5 y 20.<br />

Con el v. 32 ponía P fin a la tabla de los pueblos.<br />

«Éstas son las estirpes de los hijos de Noé...». Cuando<br />

dice «Partiendo de éstos» parece referirse a los tres<br />

hijos de Noé. Es como una vuelta atrás, a lo dicho en<br />

9,19: «Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de<br />

ellos se pobló toda la tierra».<br />

Sentido. ¿Qué podía importar esta mapa etnográfico<br />

para el desarrollo de nuestra historia? Y<br />

sobre todo, ¿qué nos puede importar a nosotros? No<br />

nos vale como visión panorámica del mundo: cualquier<br />

antropólogo o historiador moderno sabría<br />

distribuir mejor las naciones según sus razas, lenguas<br />

y geografía.<br />

La intención del narrador J debió de ser explicar<br />

el origen de la situación de su mundo conocido, con<br />

las particularidades de cada pueblo o región. A esa<br />

intención se sobrepuso después la definitiva de P y<br />

del redactor final. Dios había bendecido a la humanidad<br />

en el momento de su creación (1,28). Ni el<br />

desastre del diluvio ni los pecados que lo motivaron<br />

fueron bastantes para que Dios retirara o limitara su<br />

bendición a la humanidad. «Dios bendijo a Noé y a<br />

sus hijos y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos y<br />

llenad la tierra"» (9,1). El cap. <strong>10</strong> es la muestra de la<br />

realización de esa bendición. Aunque Dios ha elegido<br />

a un pueblo para realizar por él la obra de salvación,<br />

su bendición se extiende sin discriminación<br />

alguna a toda la tierra y toda la humanidad. Todos<br />

los hombres pertenecemos a una misma humanidad<br />

creada y bendecida por Dios. Ésta es una enseñanza<br />

siempre actual, porque tenemos la tendencia a considerar<br />

a todo pueblo distinto del nuestro como bárbaro,<br />

salvaje y enemigo. Por eso Israel, al sentirse<br />

elegido de Dios, había de entender que su elección<br />

tenía una significación positiva para todos los pueblos,<br />

como quedará bien claro en la promesa que<br />

Dios hará a Abraham en Gn 12,3.<br />

Pero no debemos pasar por alto que este cap. <strong>10</strong><br />

se debe leer en relación con la genealogía de 11,<strong>10</strong>-<br />

27. El cap. <strong>10</strong> nos invita a ampliar el campo de nuestra<br />

visión, a contemplar el árbol en todas sus<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 83

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!