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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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on dos maravillas nuevas hasta ahora. Las plantas<br />

no se mueven ni sienten, por lo que no son vivientes<br />

propiamente dichos, no son nefesh jayyah 18 . Las aves<br />

y los peces sí lo son; es la primera aparición de la<br />

vida. Dios en ese momento creó una cosa enteramente<br />

nueva, por lo que el autor vuelve a emplear el<br />

verbo bara: es una maravilla que sólo Dios puede realizar.<br />

La otra maravilla es la de que estos vivientes tienen<br />

además el poder casi divino de transmitir la vida<br />

que han recibido. El autor cuenta esta segunda maravilla<br />

aparte: los animales no tienen ese poder por sí<br />

mismos: es consecuencia de la bendición que Dios<br />

pronuncia sobre ellos, diciendo: «Sed fecundos...» 19 .<br />

Entre los habitantes del mar se mencionan en<br />

primer lugar los tanninim, que en las mitologías eran<br />

dragones semidivinos; aquí son sólo grandes bestias,<br />

como cetáceos o cocodrilos (ver Sal <strong>10</strong>4,26; Job<br />

40,15-32; 41), creados a la vez, con la misma palabra<br />

y con la misma facilidad, que los pececillos. No le<br />

interesa al autor ninguna otra distinción entre los<br />

animales que pueblan el mar: son grandes o pequeños.<br />

También estas criaturas son buenas y útiles al<br />

hombre: «Yvio Dios que era bueno» 20 .<br />

18 Nefesh jayyah puede designar o a los animales en su conjunto,<br />

o al conjunto de hombres y animales como seres vivos, o<br />

aquello por lo que los animales y los hombres son seres vivos: el<br />

aliento vital o alma.<br />

"El narrador sacerdotal da mucha importancia a la fecundidad:<br />

ésta se promete luego al hombre (Gn 1,28), a los animales a<br />

la salida del arca (8,17), a Noé y sus hijos (9,1), a Jacob (28,3;<br />

35,11, promesa que se dice cumplida 47,27, y es recordada 48,4),<br />

a los israelitas en general (Lv 26,9). La promesa a los patriarcas<br />

se dice cumplida al comienzo del éxodo: Éx 1,7. Todos son pasajes<br />

P. Fuera de P la combinación fecundidad-multiplicación se<br />

encuentra en dos textos tardíos de Jeremías (Jr 3,16; 23,3) y en Ez<br />

36,11: tras la drástica merma de la población con el exilio, las promesas<br />

a los patriarcas siguen en pie y tendrán cumplimiento.<br />

20 Parece ser que el narrador da más importancia a los peces<br />

que a las aves, que se añaden brevemente al final. En cuanto a los<br />

tanninim, se mencionan en el contexto de la lucha primordial contra<br />

el caos en Is 51,9 («el que atravesó a Tannin»); Sal 74,13 («quebraste<br />

las cabezas de los tanninim»); Job 7,12 («¿soy yo el Mar o<br />

Tannin?»); Is 27,1 («Aquel día Yahvé... matará al Tannin que está<br />

en el mar»). En otros pasajes, como en ei nuestro actual, se mencionan<br />

los tanninim como criaturas de Dios, en el contexto de la<br />

creación: Sal 148,7. Muchas veces es un simple nombre de animal:<br />

en Éx 7,9.12 y probablemente en Sal 91,13 es una serpiente;<br />

en Ez 29,3 y 32,2, probablemente un cocodrilo; en Jr 51,34, un<br />

gran animal que devora.<br />

24-25. Sexto día: 1) Los animales de tierra firme.<br />

Quedaba por poblar la tierra firme, que es morada<br />

de los animales y del hombre. Dice: «Produzca la<br />

tierra». Aunque con distintas palabras, vuelve a atribuir<br />

a la tierra una parte en la creación de los animales.<br />

No se trata de la imagen mítica de que la<br />

madre tierra pare a los animales. Tampoco se significa<br />

que la tierra tenga en la producción de los animales<br />

el mismo papel que en el de las plantas: allí,<br />

cuando se describe la acción, se dice: «Produjo la tierra...»;<br />

aquí: «Hizo Dios...».<br />

La distribución de los animales en tres clases se<br />

repite en los w. 24 y 25 con algunas variantes:<br />

- Behemah podría incluir también las fieras salvajes<br />

(pero para designar a éstas se suele añadir «de<br />

la tierra» o «del campo»), o abarcar los animales en<br />

general; aquí, por contraposición a las demás clases,<br />

tiene un sentido más técnico: son los animales<br />

domésticos.<br />

- «Jay'thó (o jayyat) de la tierra»: son las fieras salvajes.<br />

- Remes: son los reptiles, que se deslizan arrastrando<br />

su vientre sobre la tierra, por no tener patas<br />

o tenerlas muy cortas.<br />

Esperaríamos que Dios los bendijera, diciendo:<br />

«Sed fecundos, etc.», como a los peces y las aves.<br />

Quizás no lo hace por no alargar demasiado el relato<br />

de este sexto día, en el que tiene que narrar prolijamente<br />

la creación del hombre. Algunos dicen que<br />

les es aplicable a los animales la primera parte de la<br />

bendición al hombre, en el v. 28: «Sed fecundos y<br />

multiplicaos»; pero los destinatarios de estas palabras<br />

son los mismos que han de someter la tierra y<br />

dominar en toda clase de animales. En cualquier<br />

caso, no es que el autor excluya a los animales de tierra<br />

firme de la bendición de fecundidad: los incluye<br />

en ella en 8,17, a la salida del diluvio.<br />

26-28. Sexto día: 2) Creación del hombre. Al<br />

llegar a la cumbre de la narración, abandona el<br />

narrador el patrón que le ha servido de pauta hasta<br />

ahora: la narración es mucho más dilatada (6 largos<br />

versículos). El tono se eleva para comenzar solemnemente:<br />

«Ydijo Dios: "Hagamos..."». Lo que impide el<br />

comienzo normal: «Y dijo Dios: "Haya/brote/produz-<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 2 3

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