Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Sentido. La intención principal de este capítulo afán de supremacía que manifestaba en sus sueños,
es sentar las bases de la historia de José: José era Por culpa de los hermanos fue llevado a Egipto. Y su
odiado por sus hermanos, o por el puesto privilegia- padre lo lloró amargamente. Hay que esperar a ver
do que ocupaba en el corazón de su padre, o por el qué pasa.
Judá y Tamar (Gn 38)
"O C^ Sucedió por aquel tiempo que bajó Judá de donde estaba con sus herma-
•v_y v_} nos y se apartó a donde un nombre adulamita llamado Jira.
Vio allí Judá a la hija de un cananeo llamado Súa y la tomó por esposa y se unió
a ella.
Y ella concibió y dio a luz un bijo, y lo llamó Er. Volvió a concebir y dio a luz
un bijo, y lo llamó Onán. Nuevamente dio a luz un bijo, y lo llamó Selá. Ella se
encontraba en Akzib cuando lo dio a luz.
Judá tomó mujer para su primogénito: se llamaba Tamar. Er, el primogénito
de Judá, rué malo a los ojos de Yabvé, y Yabvé le hizo morir.
Judá dijo a Onán: «Únete a la mujer de tu hermano y cumple el levirato con
ella, y suscita una descendencia a tu hermano».
Pero Onán sabía que aquella descendencia no sería para él, y así, cuando se unía
a la mujer de su hermano, derramaba a tierra, para no dar descendencia a su hermano.
Pareció mal a Yahvé lo que hacía y le hizo morir también a él.
Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en casa de tu padre
hasta que crezca mi bijo Selá». Pues se decía: «No sea que muera también éste como
sus hermanos». Tamar se rué y quedó en casa de su padre.
Pasó mucho tiempo, y murió la hija de Súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se
consoló del dolor, subió para el esquileo de su rebaño, con Jira su compañero adulamita,
a Timná.
Se lo comunicaron a Tamar: «Mira, tu suegro sube a Timná para esquilar su
rebaño». Ella se quitó sus ropas de viuda y se cubrió con un velo, y así velada se
sentó a la entrada de Enáyim, que está junto al camino hacia Timná. Porque veía
que Selá había crecido, pero ella no le era dada por mujer.
1S Judá la vio y la tomó por una ramera, porque se había tapado el rostro. Y se
desvió del camino hacia donde ella, y dijo: «Permíteme ir donde ti», pues no se dio
cuenta de que era su nuera. Dijo ella: «¿Qué me darás si vienes donde mí?».
Dijo él: «Te mandaré un cabrito de mi rebaño».
Dijo ella: «Si me das una prenda hasta que me lo mandes...».
Dijo él: «¿Qué prenda es la que he de darte?».
Dijo ella: «Tu sello, y tu cordón, y el bastón que tienes en la mano». El se los dio
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