Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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acierto noy, y muestra tu favor a mi señor Abraham. Yo me voy a quedar junto a la<br />
mente de agua, mientras las hijas de los nombres de la ciudad salen a sacar agua.<br />
Añora bien, la muchacha a quien yo diga «Inclina, por favor, tu cántaro para que<br />
yo beba», y ella responda: «Bebe, y también voy a abrevar tus camellos», ésa sea la que<br />
tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que has mostrado tu favor<br />
a mi señor».<br />
15 Sucedió que, apenas había acabado de hablar, salía Rebeca, hija de Betuel, el<br />
hijo de Milká, la mujer de Najor, hermano de Abraham, con su cántaro al hombro.<br />
La joven era de muy hermosa presencia, virgen, que no la había tocado ningún<br />
varón. Ella bajó a la mente, llenó su cántaro y subió. El siervo corrió a su encuentro<br />
y dijo: «Dame un poco de agua de tu cántaro». Ella dijo: «Bebe, señor», y se apresuró<br />
a bajar el cántaro sobre su brazo, y le dio de beber. Cuando acabó de darle,<br />
dijo: «También para tus camellos voy a sacar, hasta que se hayan saciado». Y a toda<br />
prisa vació su cántaro en el abrevadero y corriendo otra vez al pozo sacó agua para<br />
todos los camellos. El hombre la contemplaba callando para saber si Yahvé había<br />
dado éxito a su misión o no. En cuanto los camellos acabaron de beber, tomó el<br />
hombre un anillo de oro de medio siclo de peso, que colocó en la nariz de la joven,<br />
y un par de brazaletes en sus manos, de diez siclos de oro, y dijo: «¿De quién eres<br />
hija? Dime por ravor: ¿hay en casa de tu padre sitio para nosotros para hacer noche?».<br />
24 Ella le dijo: «Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Naj or». Y agregó: «También<br />
tenemos paja y también forraje abundante, y también sitio para pasar la noche».<br />
El hombre se inclinó y se postró ante Yahvé, y dijo: «Bendito Yahvé, Dios de<br />
mi señor Abraham, que no ha retirado su ravor y su lealtad para con mi señor. Yahvé<br />
ha guiado mi camino y me ha traído a parar a casa del hermano de mi señor».<br />
La joven corrió y anunció en casa de su madre todas estas cosas. Tenía Rebe-<br />
ca un hermano llamado Labán. Labán corrió donde el hombre, amera, a la mente.<br />
30 En cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos de su hermana, y en cuanto<br />
oyó decir a su hermana Rebeca: «Así me ha hablado aquel hombre», se rué donde él:<br />
estaba de pie, junto a los camellos, al lado de la rúente. Le dijo: «Ven, bendito de<br />
Yahvé. ¿Por qué estás parado fuera? Yo he desocupado la casa y el sitio para los camellos».<br />
El hombre entró en la casa, y (Labán) desaparejó ios camellos, les dio paja y<br />
forraje a los camellos, y agua para lavar los pies del hombre y los pies de sus acom- •<br />
pañantes. Y les puso de comer. Pero el otro dijo: «No comeré hasta no haber dicho<br />
mis palabras». Respondió (Labán): «Habla». Dijo él: «Siervo de Abraham soy yo.<br />
Yahvé ha bendecido mucho a mi señor, y se ha hecho rico, y le ha dado ovejas y<br />
vacas, plata y oro, siervos y criadas, y camellos y asnos. Y Sara, la mujer de mi señor,<br />
dio a luz un hijo a mi señor, cuando ya era vieja, y le ha dado todo cuanto posee.<br />
A mí me ha juramentado mi señor, diciendo: «No tomarás mujer para mi hijo de<br />
entre las hijas de los cananeos en cuya tierra resido, sino que irás a casa de mi padre<br />
146 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong>