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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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morir Er, Judá cumple con la ley casando a Tamar<br />

con su segundo hijo Onán. Pero éste evita dar un hijo<br />

a su difunto hermano. No se dice por qué, pero se<br />

supone. Onán murió demasiado pronto, lo que se<br />

explica porque aquello desagradó a Yahvé, que castigó<br />

a Onán con la muerte.<br />

Entonces Judá debía casar a Tamar con su tercer<br />

hijo, Selá. Judá, que no conoce la verdadera causa de<br />

la muerte de Onán, sospecha algún maleficio de<br />

aquella mujer, y pone disculpas: Selá es demasiado<br />

joven. Así pues, Tamar tiene que volver a casa de su<br />

padre (ver Lv 22,13).<br />

12-19. Pasa el tiempo; Selá está ya en edad nubil;<br />

pero Judá no se quiere enterar. Tamar quiere tener<br />

un hijo a toda costa y cumplir su deber de dar uno a<br />

su marido. Y toma la iniciativa. La ocasión es cuando<br />

Judá, pasado el luto de la muerte de su esposa, va<br />

de Adul-lam a Timná para el esquileo del rebaño (ver<br />

31,19) y para la celebración festiva con los pastores.<br />

Entonces Tamar monta su arriesgado plan, que le<br />

pudo costar la vida. Las prostitutas se ofrecían a los<br />

transeúntes a la vera de los caminos (como Jr 3,2; Ez<br />

16,25), y llevaban su atuendo característico. Tamar<br />

con su artilugio se hace pasar por una de ellas y se<br />

hace la encontradiza de Judá en un momento en que<br />

piensa que caerá fácilmente en la trampa 2 .<br />

El narrador no se molesta en dar ningún juicio<br />

moral. Por lo que se refiere a Judá, él creía que era<br />

una prostituta, y el narrador lo repite dos veces. Si<br />

en cambio hubiera sabido que era su nuera, habría<br />

sido una acción abominable. Por eso desde que lo<br />

supo no la volvió a tocar. En cuanto a Tamar, ella<br />

estaba en su derecho de tener un hijo y dar así descendencia<br />

a su difunto.<br />

Las insignias que le pide como prenda son las de<br />

un hombre notable: el sello, con el que se firmaban<br />

los contratos; el cordón con el que se llevaba colgado<br />

el sello; y el bastón, tallado con marcas personales.<br />

2 En el v. 15 Judá la toma por una prostituta; en los w. 21 y<br />

22 se la denomina qedeshah, «hieródula», prostituta sagrada. No<br />

se hace distinción; en tiempos posteriores se habría hecho.<br />

Cuando Tamar quedó embarazada, era legalmente<br />

adúltera, porque pertenecía a Selá, aunque no se<br />

hubiera realizado el matrimonio. A los tres meses<br />

era visible el embarazo. La jurisdicción era del jefe<br />

de familia. No hacía falta ni pruebas ni juicio. Se la<br />

saca hasta la puerta, porque no puede realizarse la<br />

muerte sino fuera del lugar (Dt 22,21.24). La iban a<br />

quemar, castigo más antiguo y más duro que la lapidación,<br />

a la que se condenaba más tarde a la adúltera<br />

(Dt 22,23-24).<br />

Tamar actúa en todo momento con gran entereza<br />

y serenidad. No suplica gracia. Está segura. Espera<br />

hasta última hora.<br />

26. El punto culminante de la narración está en<br />

las palabras de Judá: «Ella tiene razón, y yo no».<br />

27-30. Otra vez la lucha de los dos gemelos por<br />

la salida del vientre, la lucha por la primogenitura,<br />

casi con las mismas palabras que en 25,24, cuando<br />

lo de Esaú y Jacob. Esta vez la comadrona no quiere<br />

que haya dudas. No obstante, al final no se sabe<br />

quién fue el primero. Allí se desarrollaba el tema,<br />

aquí es un simple comienzo.<br />

30. No se explica el nombre de Zéraj, que puede<br />

significar «resplandor». El clan que resultó importante<br />

fue el de Peres, que es el único que se menciona<br />

en Rut 4,12.18. Este hijo de Tamar nos lleva hasta<br />

David 3 .<br />

Sentido. No hay ningún mensaje teológico explícito.<br />

Porque en la narración no se resuelve el problema<br />

de Tamar por ninguna intervención de Dios.<br />

Es una narración totalmente profana. No obstante,<br />

tiene un gran valor: la acción de Tamar, por contraria<br />

que fuera a los usos de su tiempo, se justifica porque<br />

con ella quedó restablecido un derecho. Ante el<br />

derecho se tiene que inclinar todo el mundo, como<br />

se inclina Judá.<br />

Esta defensa del derecho tiene especial valor porque<br />

se trata del derecho de una mujer. Lo mismo que<br />

otras mujeres de la historia de los patriarcas, marginadas<br />

injustamente, como Agar, Rebeca, Lía y<br />

3 En Gn 46 y Nm 26,20-21 son mencionados Peres y Zéraj. El<br />

clan de Zéraj también en Jos 7,1.16-18.24; 22,20.<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 237

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