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Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

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17. Jacob se espanta ante el sueño y ante su significado<br />

evidente. Es un lugar clásico del «tremendum»<br />

de lo sagrado. «Casa de Dios» y «Puerta del Cielo».<br />

Lo primero corresponde al nombre de lugar, Bet-<br />

El. Lo segundo, a la visión de la escalinata. Pero se<br />

diría que es como un segundo nombre del lugar (no<br />

de la piedra, como dirá el v. 22). Los santuarios primitivos<br />

eran lugares al aire libre, delimitados (témenos<br />

en griego). Lo de «Puerta del Cielo» no se<br />

encuentra en ningún otro lugar. «Casa de Dios» es el<br />

lugar donde Dios se ha aparecido y donde hay que<br />

darle culto; «Puerta del Cielo» es por la que se entra<br />

a la morada de Dios.<br />

Ambas denominaciones se suelen entender partiendo<br />

del v. 17a: es un lugar tremendo, prohibido:<br />

ningún mortal puede hollar el lugar donde mora<br />

Dios. Pero la narración no insiste en ese aspecto del<br />

«tremendum»: Jacob no huye del lugar, sino que se<br />

detiene en él, erige la piedra como estela y la consagra,<br />

y promete volver al lugar sagrado y pagar allí el<br />

diezmo de todo. Quizás en el texto actual confluyen<br />

una idea más primitiva de los lugares sagrados con<br />

una concepción israelita posterior, más familiarizada<br />

con la Casa de Dios.<br />

18. Hay un cierto roce entre los w. 16, 17 y 18.<br />

En el 16 Jacob ha despertado ya y sacado la conclusión<br />

de haber visto a Yahvé en lo alto de la escalinata<br />

(v. 13). El v. 17 podría ser un duplicado, pero también<br />

una continuación de esa misma reflexión. Pero<br />

parece ser que Jacob no despierta hasta el v. 18. A no<br />

ser que se diga que, después de despierto, se quedó<br />

acostado hasta que amaneció y entonces se levantó.<br />

Mejor me parece suponer que estamos delante de un<br />

texto concordante de dos versiones del relato.<br />

La piedra erigida, la massebah, no es propiamente<br />

la Casa de Dios, como dirá el v. 22. Puede<br />

tener una función de testigo del sueño tenido por<br />

Jacob (ver 31,45-52; Jos 24,26-27). Toda piedra erigida<br />

avisa de la singularidad de un lugar (una estela<br />

mortuoria avisa que allí hay una sepultura); aquí avisa<br />

que estamos en un lugar sagrado. Pero la piedra,<br />

generalmente labrada y esculpida, solía ser también<br />

objeto de culto, como representación de la divinidad,<br />

y seguramente que ése era el caso de la estela de<br />

178 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />

Betel en tiempos primitivos. En nuestra narración<br />

ha perdido ese sentido 2 .<br />

«Derramó aceite sobre ella»: acaso se usaba ese<br />

rito cuando se erigía una massebah. La unción con<br />

aceite era común en toda clase de consagración de<br />

personas o cosas al culto divino 3 . Los expertos en<br />

historia de las religiones entienden que se quería<br />

aprovisionar de fuerza, de vitalidad, a la persona u<br />

objeto sagrado. En nuestro ámbito cultural prevalece<br />

la idea de dedicación exclusiva a la divinidad.<br />

19. Bet-El no es el nombre de la piedra sino del<br />

espacio sagrado señalado por ella. La etiología etimológica<br />

pone fin al relato y, facilitando su recuerdo,<br />

confirma que la santidad del lugar tiene su origen<br />

en la historia del patriarca Jacob. Al rememorar<br />

el nombre anterior se ratifica la imposición de un<br />

nuevo nombre. Lwz significa «Almendro». Ese nombre<br />

antiguo se menciona también en 35,6; 48,3; Jos<br />

16,2; 18,13; Jue 1,23. Acaso en la ciudad de Luz o en<br />

sus proximidades había un santuario importante, al<br />

que se le llamaba obviamente Bet-El, Casa de Dios.<br />

La importancia del santuario hizo que, andando el<br />

tiempo, se diera ese nombre a toda la ciudad. Dado<br />

que se conserva vivo el recuerdo del nombre antiguo,<br />

no es probable que el cambio se produjera en tiempo<br />

patriarcal; más bien sería después de la ocupación<br />

de la tierra por los isrelitas.<br />

20-22. Es un apéndice a la narración principal.<br />

Es el voto que se expresa más prolijamente de todo<br />

el Antiguo Testamento (otros votos en Nm 21,2; Jue<br />

2 Algunos creen que se quiere significar la fuerza hercúlea de<br />

Jacob, capaz de mover una de aquellas estelas que a veces alcanzaban<br />

los dos metros de altura. En 29,<strong>10</strong> aparta él solo la piedra<br />

de la boca del pozo; en 32,25-29 lucha y sujeta a un individuo que<br />

resulta ser Dios. Aquí no se subraya el peso de la piedra: era una<br />

de las piedras del lugar, que le pareció buena para cabezal.<br />

3 Se ungía al Sumo Sacerdote: Éx 29,7.29; 30,30; 40,13; Lv<br />

4,3.16; 8,12; 21,<strong>10</strong>.12; 16,32; Nm 3,3; 35,25; Sir 45,15; 46,13; a<br />

todos los sacerdotes: Éx 40,15; Lv 8,30; <strong>10</strong>,7; a los reyes: Jue 9,8;<br />

1 Sm 9,16; <strong>10</strong>,1; 15,17; 16,12-13; 2 Sm 1,21; 2,4.7; 3,39; 5,3.17; 1<br />

Re 1,34.39.45; 19,15-16; 2 Re 9,3.6.12; 23,30; 1 Cr 14,8; 12,7; 19,11;<br />

29,22; 2 Cr 22,7; 23,11; Sal 45,8; 89,21; al profeta: 1 Re 19,16; el<br />

santuario y el altar: Éx 30,26-28; 40,<strong>10</strong>-11; Lv 8,<strong>10</strong>.11; Nm 7,<strong>10</strong>.88.

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