Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10
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preta. La marcha de Jacob a casa de su tío Labán no<br />
fue una huida; ni su matrimonio con sus primas una<br />
casualidad; ni la bendición sobre Jacob fue obtenida<br />
por engaño y pronunciada en el lecho de muerte:<br />
Isaac se la impartió gustosamente ante un largo viaje<br />
que Jacob emprendía para cumplir el deseo de sus<br />
padres. A Rebeca, tan disgustada por los matrimonios<br />
de Esaú, le espantaba que Jacob pudiera hacer<br />
lo mismo: se le haría a ella la vida imposible (27,46).<br />
Isaac, que pensaba en esto igual que su mujer, manda<br />
a Jacob que no se case con ninguna cananea, sino<br />
que vaya a casa de Labán y busque esposa entre las<br />
hijas de éste. En el cap. 27 estaba Isaac a punto de<br />
morir, aquí sigue en buena forma; y no está enfadado<br />
con Jacob (28,1-5).<br />
El narrador no podía menos de ser consciente de<br />
la diversidad de los motivos del viaje a Padán Aram<br />
y de la forma en que se realizó; también la tenían que<br />
notar los oyentes o lectores antiguos. A nosotros nos<br />
choca; seguramente que para ellos las dos versiones<br />
de los hechos podían ser igualmente válidas.<br />
Esaú interpreta acertadamente el viaje de Jacob y<br />
la razón por la que su padre le ha dado su bendición:<br />
a su padre no le agradan las hijas de Canaán. Va,<br />
pues, y toma por mujer a una hija de Ismael, el hijo<br />
de Abraham: tan prima por parte de padre como las<br />
hijas de Labán lo eran por parte de madre (28,6-9).<br />
27,46. Recoge la frase de J en 25,22 («¿De qué me<br />
sirve vivir?») y le da una motivación nueva. Rebeca<br />
sigue siendo una mujer eficaz; pero esta vez lo es<br />
gracias a su sensibilidad, que influye en la decisión<br />
de Isaac.<br />
28,1-4. «Le bendijo y le dio esta orden» hace suponer<br />
que primero pronunció sobre él unas palabras de<br />
bendición (o ejecutó un rito) y luego le dio una<br />
orden. En realidad, primero le prohibe tomar mujer<br />
de las hijas de Canaán, luego le manda ir a Padán<br />
Aram y tomarla de las hijas de Labán, por fin le bendice,<br />
o le desea la bendición de Dios. En este deseo<br />
o súplica de bendición, lo primero que pide para<br />
Jacob es la fecundidad, hasta convertirse Jacob en<br />
una asamblea de pueblos. No se hace mención explícita<br />
de la bendición a Abraham (v. 3), pero se alude<br />
a ella. En el v. 4 se pide ya expresamente para él «la<br />
174 PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong><br />
bendición de Abraham a ti y a tu descendencia»: es<br />
la transmisión de la bendición a Abraham no sólo a<br />
Jacob sino a su descendencia para siempre: «para<br />
que poseas la tierra de tu peregrinación, que Dios dio<br />
a Abraham». La bendición y la tierra se dieron a<br />
Abraham: pero esa bendición y esa donación de la<br />
tierra son extensivas a toda la descendencia de Abraham<br />
a través de Jacob. No se distingue entre bendiciones<br />
y promesas. En el cap. 17 (también P) la multiplicación<br />
y la posesión de la tierra son promesas de<br />
Dios a Abraham sin bendición. Lo importante es<br />
que, de cualquier manera que se las llame, las promesas<br />
o bendiciones van vinculadas en Jacob al<br />
cumplimiento de este precepto: «No tomes mujer de<br />
las hijas de Canaán». En Gn 18,19, una mano probablemente<br />
deuteronomista vinculaba el cumplimiento<br />
de las promesas con la «guarda del camino<br />
de Yahvé». Aquí se vincula al cumplimiento de un<br />
solo precepto, no mencionado en ninguna otra parte:<br />
el de no casarse con mujeres cananeas. Esta prohibición<br />
se explica perfectamente en un tiempo en<br />
que los matrimonios mixtos amenazaban la pureza<br />
de la comunidad judía y de su religión.<br />
5. Este v. 5 describe, con la exactitud propia de<br />
P, la familia a la que se dirige Jacob.<br />
6-9. Esaú hace dos consideraciones: 1) Ve que<br />
Esaú ha recibido la bendición del padre, y lo relaciona<br />
con su obediencia en buscarse mujer de la<br />
familia. 2) Reconoce que él ha causado disgusto a<br />
sus padres con su matrimonio con las hititas (26,35)<br />
y trata de rectificar y complacer a su padre, buscando<br />
mujer entre las hijas de Ismael, nietas de Abraham.<br />
Pero ya no era posible dar contento cabal a su<br />
padre, porque tomó aquella mujer «además de las<br />
que tenía».<br />
Sentido. El fondo de 26,34-35; 27,46; 28,1-9 es la<br />
época de la cautividad y la diáspora. El escritor<br />
Sacerdotal no narra las cosas por el interés que puedan<br />
tener en sí mismas, sino por el precepto que en<br />
ellas se implica: aquí, el que un israelita debe elegir<br />
mujer de su propio pueblo: tiene que evitar los<br />
matrimonios mixtos. Era una prohibición muy<br />
importante en la situación de diáspora. Los israelitas<br />
conviven con gentes que no tienen ni la concien-