Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

hermanos dirán lo mismo, y así, como sin pretenderlo,
conseguirán que les deje quedarse en Gosen.
Ni José ni los hermanos lo van a pedir expresamente.
La conclusión habrá de caer por su propio peso:
los pastores con todo su ganado necesitan pastos;
pero no puede ser en el interior del país, porque los
egipcios son poco amigos de los pastores; luego en
una zona de pastos y limítrofe: Gosen.
Eso de que los egipcios aborrecen a los pastores
de ovejas no parece comprobado por las fuentes
egipcias (y no lo tiene en cuenta el Faraón según
47,6, que es de otra fuente). Es muy posible que los
pastores nómadas asiáticos que irrumpían en Egipto
tuvieran esa impresión (43,32). Se diera cuenta o
no José (o el narrador) de las consecuencias a largo
plazo, de ahí se iba a seguir que los hijos de Israel no
se mezclaran, o mínimamente, con los egipcios.
En el v. 32 hay algunas reiteraciones: «Ylos hombres
son pastores de ganado menor, porque son hombres
de ganado, y sus rebaños de ganado menor y sus
vacadas y todo lo suyo han traído». A la pregunta que
indudablemente les hará el Faraón, habrán de responder
que desde jóvenes no han tenido otro oficio
que el de ganaderos, igual que sus padres. No conocen
otro oficio ni tienen otro medio de vida. ¿Pretendía
José además que el Faraón supiera que sus
hermanos no tenían ninguna ambición de introducirse
en la corte o de cualquier modo escalar puestos
en la sociedad egipcia? De hecho lo podía colegir
de las palabras de los hermanos, y eso le tenía
que tranquilizar.
47,1-6. Audiencia del Faraón a los hermanos.
Los w. 1-4 encierran cierta dificultad, pero que
admite solución. José, según lo dicho en 46,31,
comunica al Faraón la llegada de sus parientes con
todos sus rebaños, y que están ya en Gosen. Con ello
insinúa la solución buscada. Luego, elige a cinco de
sus hermanos y los presenta ante el Faraón.
Según lo previsto, el Faraón les pregunta por su
oficio. Ellos, bien aleccionados, responden que son
pastores, lo mismo que sus padres. Pero añaden tres
ideas que, aunque no expresamente mencionadas por
José, no encajaban mal con su intención y estilo:
1) «Hemos venido a residir como inmigrantes en
esta tierra». No venimos a quedarnos.
284 PARA COMPRENDER EL LIBRO DEL GÉNESIS
2) La razón de nuestra venida es la sequía y el
hambre que reina en Canaán, donde no hay pastos
para nuestros rebaños. Se sobrentiende que lo que
necesitan es tierra de pastos, y que en cuanto cese la
sequía se volverán a su tierra.
3) Más ansiosos y menos diplomáticos que José:
«Así pues, deja morar a tus siervos en el país de
Gosen». José habría preferido que fuera el Faraón el
que sacara la conclusión.
Mayores problemas presentan los w. 5-6, que
suenan distinto en el texto hebreo y en la versión
griega. Texto hebreo: «Y dijo el Faraón a José estas
palabras: "Tu padre y tus hermanos han venido donde
ti. El territorio de Egipto está delante de ti; en lo
mejor del país instala a tu padre y a tus hermanos:
que residan en el país de Gosen, y si sabes que hay
entre ellos hombres de valer, ponlos como jefes del
rebaño sobre lo mío"». Versión griega: «Y dijo el
Faraón a José: "Que habiten en la tierra de Gosen; y
si sabes que hay entre ellos hombres fuertes ponlos
de jefes de mis ganados". Y llegaron a Egipto donde
José Jacob y sus hijos y lo oyó el Faraón rey de Egipto,
y dijo el Faraón a José diciendo: "Tu padre y tus
hermanos han venido a mí. Mira, la tierra de Egipto
está delante de ti; en lo mejor de la tierra instala a tu
padre y a tus hermanos"».
Parece claro que se debe preferir la lectura más
difícil del texto hebreo: el traductor griego encontró
sorprendente que sea el Faraón el que comunique a
José que han llegado el padre y los hermanos de éste,
y lo quiere arreglar insertando la frase subrayada.
Pero el texto griego es tan ininteligible como el
hebreo. Éste se puede comprender siempre que se
parta de que estos versículos, ni tienen el mismo
autor que 47,1-4, ni son ellos mismos de una sola
mano.
Cuando esperábamos que el Faraón respondiera
a la petición de los hermanos, concediéndoles residir
en Gosen, los deja sin respuesta. Le habla a José y se
expresa como si le comunicara la noticia de la llegada
de su padre y hermanos. Esto no es imposible: el
Faraón le plantea el problema creado con esa llegada,
al que hay que dar solución. Y con gran generosidad
le deja a José que sea él quien elija lo mejor de
la tierra de Egipto para instalar allí a los suyos. Este