Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Otros descendientes de Abraham (Gn 25,1-6)
/ 0 P^ Abraham volvió a tomar otra mujer, llamada Queturá. Esta le dio a Zim-
-¿-^ \*J rán, a Yoqsán, a Medán, a Madián, a Yisbaq y a Súaj. Y Yoqsán engendró
a Sebá y a Dedán. Hijos de Dedán rueron los asuritas, los letusitas y los leumitas.
Hijos de Madián: Era, Erer, Henoc, Abidá y Eldaá. Todos éstos son hijos de Queturá.
Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. A los hijos de las concubinas que
tenía Abrabam les bizo Abrabam donaciones y, cuando aún vivía, los mandó a vivir
aparte de Isaac su bijo, bacia levante, al país de Oriente.
Está a punto de acabarse la historia de Abraham.
El narrador antiguo del cap. 24 da por supuesta la
muerte del patriarca. El narrador sacerdotal la contará
inmediatamente después. La historia deberá
seguir ya con Isaac. Esto suponía una inevitable
restricción del horizonte, a la que no se resigna del
todo el narrador P. De la misma forma que, antes de
emprender el relato de la historia de Abraham, nos
dio a conocer, por la genealogía de 11,10-26, que la
humanidad bendecida por Dios tras el diluvio abarcaba
otros muchos pueblos, así ahora, en el trance
de restringirse a Isaac y a sus hijos, quiere recordar
que la descendencia de Abraham no se limita a Isaac,
aunque éste sea hijo de Abraham a título especial.
Obedeciendo a la misma mentalidad, antes de
meterse en la historia de Isaac, dedicará el cap. 36 a
la descendencia de Esaú.
Por esa razón, recoge aquí la genealogía de los w.
1-4. En ella, de cuyo origen nada sabemos, se hace
descendientes de Abraham a una serie de tribus o
clanes que probablemente habitaban el desierto siroarábigo
al este y sur de Canaán. Dice que Abraham
tomó otra mujer, Queturá: no se dice cuándo, ni con
qué categoría: sólo que la tomó por mujer (1 Cr 1,32
la llama «concubina»; en nuestro mismo pasaje, v. 6,
todos los hijos de Abraham, excepto Isaac, son hijos
de concubinas; Agar, por lo demás, siempre aparece
como mujer de Abraham, sin más). De esta Queturá
no sabíamos nada hasta ahora. Su nombre, en
hebreo «Incienso», quizás fue elegido para sugerir
que la región en la que viven sus hijos es la que produce
el incienso o trafica con él (1 Re 10; Is 60,6; Jr
6,20; Ez 27,22). De los nombres de los hijos sólo el
de Madián es identificable con alguna seguridad'. De
él podemos deducir que todos son nombres de
comarca o tribu, y no de persona; y que el lugar de
su habitación es la región al este del Jordán y del
Mar Muerto.
Estos datos, que P recoge de la tradición, le obligan
a puntualizar: aunque también los hijos de otras
mujeres son hijos de Abraham, sólo Isaac, el de
Abraham y Sara, es el heredero: a él le dio Abraham
toda la herencia (ver 24,36). Los otros son hijos de
concubinas: a ellos les hizo regalos, y se preocupó,
antes de morir, de poner tierra de por medio entre
ellos e Isaac, enviándolos hacia el este, «al país de
Oriente». En la narración antigua del cap. 21 ya se
había preocupado Sara de evitar la presencia cercana
de cualquier posible rival de su hijo. Ya antes un
narrador P había hecho sus precisiones: también
Ismael es bendito de Dios, pero la alianza es sólo con
Isaac (17,15-21).
1 En Jue 8,24 se equipara a los madianitas (de Queturá) con
los ismaelitas (de Agar); en Gn 37,25, una de las tradiciones habla
de ismaelitas (w. 25.27), otra de madianitas (v. 28).
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