Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

él saldrá la larga descendencia en la que serán benditas
todas las naciones, y que poseerá la tierra de
Canaán. Ese hijo es Isaac. Pero la bendición de Dios
y las promesas no se agotan en la línea de Isaac: Dios
protegerá también al hijo de la criada, incluso con
un milagro, y hará de él un gran pueblo. El que Dios
se prepare en la raza de Israel al futuro Salvador, no
significa que deje a los demás pueblos al margen de
la salvación.
Sorprende el que Dios escuche el llanto de una
criada y de su hijo, les haga una gran promesa, y
abra los ojos de ella como abrió los ojos del profeta
Para entender este texto, breve pero complicado,
nos puede servir el tener a la vista el cap. 26, y dentro
de él sobre todo los w. 26-31. En seguida advertiremos
un cúmulo de coincidencias: Abimélec, rey
Abrabam y Abimélec
nacen un pacto en Berseba (Gn 21,22-34)
Abraham. Es que Dios no exige ningún título para
escuchar el gemido de los pobres. Tampoco tenía
ningún título de nobleza Israel cuando fue salvado
por Dios de los trabajos forzados en Egipto. Sólo que
Dios escuchó el clamor del pueblo oprimido (Éx 3,7-
10). Es la experiencia de cada individuo israelita,
según repiten multitud de salmos de alabanza.
Quien lee estos textos no se sorprende al ver a Jesucristo
como Salvador de pobres y oprimidos.
Por fin, el autor nos enseña que no son incompatibles
la trascendencia de Dios y su cercanía a
nuestros gritos de angustia.
Sucedió por aquel tiempo que Abimélec, con Pihol, capitán de su tropa, dijo a
Abrabam: «Dios está contigo en todo lo que haces. Júrame, pues, por Dios aquí mismo,
y no me mientas, a mí y a mis hijos y a mis nietos, que la misma benevolencia
que he tenido para contigo, la tendrás tú para conmigo y con el país donde vives como
forastero». Dijo Abraham: «Yo lo juro».
Abraham se quejó a Abimélec con motivo de un pozo de agua del que se habían
apropiado los siervos de Abimélec. Respondió Abimélec: «No sé quién ha
hecho eso. Ni tú me lo habías notiiicado, ni yo lo había oído hasta hoy». Y Abraham
tomó unas ovejas y unas vacas, y se las dio a Abimélec, e hicieron los dos un
pacto. 28 Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. Y dijo Abimélec a Abraham:
«¿Qué son esas siete corderas que has puesto aparte?». Respondió: «Estas siete
corderas las aceptarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo he
excavado este pozo». Por eso se llamó a aquel lugar Berseba, porque allí juraron
ambos. Hicieron el pacto en Berseba; y se levantaron Abimélec y Pihol, capitán de
su tropa, y se volvieron al país de los iilisteos.
Y plantó (Abraham) un tamarisco en Berseba e invocó allí el nombre deYah ve,
Dios eterno. Abraham estuvo residiendo en el país de los lilisteos mucho tiempo.
132 PARA COMPRENDER EL LIBRO DEL GÉNESIS
de Guerar, va aquí a donde Abraham, allí a donde
Isaac; en ambos textos hacen un pacto; en ambos se
habla de pozos; y en ambos se da la etimología de
Berseba. Sin entrar en triquiñuelas, podemos supo-