09.05.2013 Views

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

con el resto, que parece creada expresamente para<br />

el caso.<br />

Los defensores de la duplicidad de versiones en<br />

la historia de José subrayan los varios accidentes del<br />

texto, en los que podemos tropezar en la lectura.<br />

Aparte de otras asperezas menores, podemos señalar:<br />

a) La acusación de espionaje se repite en los w.<br />

13-26 y 29-35.<br />

b) En el v. 16 decide José que vuelva sólo un<br />

hermano cualquiera a buscar a Benjamín; en los w.<br />

19-20.24 deja marchar a todos y retiene consigo sólo<br />

a Simeón.<br />

c) Según el v. 25, José les dio provisiones para el<br />

camino; no tenían, pues, por qué abrir los sacos hasta<br />

llegar a casa. No obstante, en los w. 27-28 uno de<br />

ellos cuenta a los demás que ha abierto su talega<br />

para dar pienso al burro y se ha encontrado con el<br />

dinero en la boca del saco. Pero, según el v. 35, es al<br />

llegar a casa cuando, con gran espanto, encuentran<br />

todos el dinero en los sacos. Cuando en 43,21 (J) dice<br />

Judá: «Cuando nosotros llegamos a la posada y abrimos<br />

nuestros sacos», no hay contradicción con<br />

42,27-28, pues es obvio que, en cuanto supieron que<br />

en el saco de uno de ellos estaba el dinero, abrieron<br />

el suyo todos los demás. El que añadió el v. 35 entendió<br />

que el padre no había sido informado sobre la<br />

devolución del dinero porque tampoco se habían<br />

dado cuenta de ello los hermanos.<br />

d) Cuando leamos 43,1-13, parecerá que se ignora<br />

que Simeón ha sido retenido como rehén en Egipto.<br />

No sólo porque no se le mencionará hasta el v. 14.<br />

Sobre todo porque, si Simeón se había quedado en<br />

Egipto como rehén, es muy extraño que no regresen<br />

a Egipto hasta que se les agotan las provisiones. Ahora<br />

bien, según la relación que hace Judá (no Rubén)<br />

en 43,5-7, José se limitó a conminarles que no volvieran<br />

a su presencia sin Benjamín. Así se explica<br />

que no se planteara el problema de la vuelta hasta<br />

que se acabaron los víveres. Parece, pues, que hay<br />

una versión de los hechos que ignora lo de Simeón:<br />

a ella se deberá la sustancia del cap. 43. Dentro de él<br />

fue necesario introducir la mención de Simeón en<br />

los w. 14 y 23b, para concordar los dos capítulos.<br />

e) La consideración anterior se refuerza si atendemos<br />

a la diversidad entre la garantía que ofrece<br />

Rubén en 42,37 («Mis dos hijos matarás si no te lo<br />

traigo») y la que ofrecerá Judá en 43,9: («Yo respondo<br />

de él. De mi mano lo requerirás. Si no te lo traigo<br />

y te lo pongo delante, habré pecado contra ti para<br />

siempre»). El mejor comentario de este ofrecimiento<br />

de Judá está en 44,18-34.<br />

Algunas de las incongruencias señaladas pueden explicarse<br />

como simples glosas o retoques. Pero las dos ó tres<br />

últimas obligan a pensar en dos versiones de los hechos.<br />

No se resuelve el problema por el fácil expediente de suponer<br />

que primitivamente también en el cap. 43 era Rubén<br />

el portavoz de los hermanos.<br />

1-5. El comienzo del capítulo no discurre con la<br />

fluidez deseada. El texto de los w. 1-3 sería más lógico<br />

si suprimiéramos las palabras que copiamos entre<br />

corchetes: «Vio Jacob que había grano en Egipto y dijo<br />

[Jacob] a sus hijos: [¿Por qué os estáis ahí contemplándoos<br />

unos a otros? Y dijo:] Mirad, me he enterado<br />

de que hay grano en Egipto. Bajad allá a comprarnos<br />

grano de allí, para que vivamos y no muramos»<br />

(w. 1-3). También es motivo de tropiezo el v. 5: después<br />

que ya se ha dicho que para la familia de Jacob<br />

era cuestión de vida o muerte la compra de grano (en<br />

el contexto de la gran hambre que afligía a todas las<br />

regiones) y que los hijos de Jacob y hermanos de<br />

José habían bajado a Egipto a proveerse de grano,<br />

añade que «los hijos de Israel» fueron a comprar grano,<br />

como otros muchos, porque había hambre en<br />

Canaán.<br />

Estas asperezas del relato se pueden solucionar<br />

o tachando de glosas las frases que entorpecen la<br />

marcha, o recurriendo al entrecruce de dos versiones<br />

de la historia de José.<br />

Jacob se ha enterado de que en Egipto hay grano.<br />

Se da por supuesto que el hambre generalizada<br />

de que hablaba 41,54-57 alcanzó también al país de<br />

Canaán. Más aún, ésa es la única razón por la que<br />

interesaba que el hambre alcanzara a todas las regiones:<br />

para que entre ellas afectara también a Canaán,<br />

y por ende a la familia de José. De ese modo el cap.<br />

42 empalma perfectamente con el cap. 41. (Es normal<br />

que la sequía de Palestina no afecte a Egipto, y<br />

que los palestinos acudan allá a aprovisionarse: Gn<br />

PARA COMPRENDER <strong>EL</strong> <strong>LIBRO</strong> D<strong>EL</strong> <strong>GÉNESIS</strong> 255

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!