Para comprender EL LIBRO DEL GÉNESIS - 10

15 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, a Het, 1 y a los jebuseos, amorreos,
guirgaseos, jiveos, arkeos, sineos, arvadeos, semareos y jámateos. Después se
extendieron las estirpes de los cananeos, de modo que el límite de los cananeos partía
de Sidón, y llegaba a Guerar hasta parar en Gaza, y llegaba a Sodoma, Gomorra,
Admá y Seboyim, basta parar en Lesa.
Estos son los bijos de Cam, con sus estirpes y sus lenguas, en sus tierras y naciones.
También le nacieron bijos a Sem, padre de todos los bijos de Heber y bermano
mayor de Jafet.
Los bijos de Sem son: Elam, Asur, Arpaksad, Lud y Aram.
23 Los bijos de Aram son: Us, Jul, Guéter y Mas.
Arpabsad engendró a Sélaj, y Sélaj engendró a Heber.
A Heber le nacieron dos bijos: Uno se llamaba Péleg, porque en sus días
se dividió la tierra, y su hermano se llamaba Yoqtán.
Yoqtán engendró a Almodad, Seleí, Jazarmauet, Yéraj, Hadoram, Uzal,
Diclá, Obal, Abimael, Sebá, Orir, Havilá y Yobab: todos éstos son hijos
de Yoqtán. Sus lugares de residencia comenzaban en Mesa y llegaban a
Seiar en la Montaña oriental.
Estos son los bijos de Sem, con sus estirpes y sus lenguas, en sus tierras y naciones.
Estas son las estirpes de los hijos de Noé por sus linajes en sus correspondientes
pueblos. Partiendo de éstos se ramificaron los pueblos por la tierra después del
diluvio.
Nos hemos encontrado hasta ahora con dos
narradores, uno más antiguo, al que llamamos «el
Yahvista» (J), y otro posterior, al que damos el nombre
de «el Sacerdotal» (P). Ambos contaban a su
modo el origen de la humanidad, y ambos se detenían
en la descripción del diluvio. Ambos creyeron
interesante mostrar cómo la humanidad, reducida
en aquella catástrofe a una sola familia, la de los
hijos de Noé, se había multiplicado de nuevo y
diversificado hasta constituir toda la variedad de
naciones conocidas por los israelitas de entonces.
Para la elaboración de este capítulo disponían estos
autores: por un lado, de los nombres de los tres hijos
de Noé: Sem, Cam y Jafet; por otro, del conocimiento
tan fragmentario que tenían de los pueblos
extranjeros. Los datos aportados por uno y otro
narrador fueron entreverados por mano de un
Redactor, emparentado con P, aquel que dio la forma
final a nuestro Génesis. El Redactor tomó como
base el esquema, sencillo y repetitivo, de P ', e
incrustó dentro de él algunos complementos tomados
de J.
A P le interesaba la situación actual de las naciones
conocidas distribuidas por el mundo; a J le
importaba narrar cómo se había producido el reparto
de la humanidad por el mundo tras el diluvio, concretando
lo dicho en 9,19: «a partir de ellos [de los
tres hijos de Noé] se pobló toda la tierra». De paso
'Al narrador P debemos los w. 1-7.20.22-23.31-32.
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